Machismo literario en la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa
El Premio de la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa ha sido concedido este año al venezolano Rodrigo Blanco Calderón por su novela The night, publicada en 2016.
El premio está dotado con 109.000 dólares, lo organiza la Cátedra Vargas Llosa, la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Acción Cultural Española (AC/E) y la Fundación Universidad de Guadalajara, con el patrocinio de Santander, y el apoyo del Instituto Cervantes y España Global.
Este año la premiación se ha visto envuelta en la polémica por la protesta que un centenar de autores y personalidades del mundo literario han realizado a través de un manifiesto que denunciaba la escasa presencia femenina en eventos culturales.
Rosa Montero, Juan Villoro, Laura Freixas, Gabriela Wiener, María Fernanda Ampuero, Cristina Fallarás, Lina Meruane, Luna Miguel, Mónica Ojeda o Mariaemma Mannarelli son algunos de los firmantes del manifiesto Contra el machismo literario que denuncia: “la disparidad de género que rige en la mayoría de eventos culturales y literarios en América Latina". Aunque la protesta es general han cargado especialmente contra la escasa presencia femenina en la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa:
"Es inadmisible que en el siglo XXI, en plena ola de reivindicaciones por la igualdad, se organice sin perspectiva de género un evento como la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa". En esta tercera edición han sido elegidos trece hombres y tres mujeres, y entre los finalistas había cuatro hombres y una sola mujer. Asimismo la denuncia se amplía a la composición del jurado que está formado por cuatro hombres y una sola mujer.
Esta desproporción no solo no ha disminuido en las diferentes ediciones, sino que ha aumentado. Denuncian que en 2014 los invitados a la bienal eran 25 hombres y seis mujeres, mientras que en la siguiente solo se redujo en 22 hombres y ocho mujeres."Y en ambas ediciones, tanto el jurado como el grupo de finalistas tuvo la misma proporción desigual".
El manifiesto se enmarca dentro del MeToo mexicano, que hace unos meses denunció a un importante número de cineastas, escritores, músicos o periodistas:
"Como escritoras, escritores y personas vinculadas con el quehacer editorial, no podemos guardar silencio ni frente a la invisibilización de las autoras ni frente al acoso y abuso sexual que también son parte del statu quo de las letras”.