Escritoras ocultas por la historia (XIX)
El 15 de octubre se celebró el Día de las Escritoras, para conmemorarlo seguimos con la sección en la que recordamos algunas figuras fundamentales de la cultura española que han quedado relegadas por la historia, a pesar de ser figuras intelectuales de primera magnitud.
Elena Fortún
María de la Encarnación Gertrudis Jacoba Aragoneses y de Urquijo, conocida como Elena fortún, nació el 17 de noviembre de 1886 en Madrid.
Se casó a los 18 años en 1908 con un primo segundo Eusebio de Gorbea y Lemmi, militar y también escritor, con quien tuvo dos hijos; Luis (1908) y Manuel (1909). En 1920, falleció prematuramente su hijo pequeño. En 1922 su marido fue destinado a Tenerife y allí Elena entabló una gran amistad con Mercedes Hernández, allí publicó sus primeros artículos en el periódico La Prensa.
Volvió a Madrid en 1924, entró a formar parte de la Sociedad Teosófica de Madrid, y estudió Biblioteconomía en la Residencia de Señoritas, dirigida por María de Maeztu. Realizó sus primeras colaboraciones periodísticas en la revista
La Moda Práctica y pronto pasó a Gente Menuda, suplemento infantil del dominical Blanco y Negro. Además escribió cuentos y colaboró en Cosmópolis, Crónica, Estampa, Semana y otras revistas infantiles., que rápidamente la hicieron conocida.
La Editorial Aguilar adquirió los derechos de publicación y fue publicando los diferentes títulos bajo el nombre de Celia y su mundo.
Es en esta época conoció a Matilde Ras, introductora de la grafología en España, ambas pertenecieron al Círculo Sáfico creado por la escenógrafa Victorina Durán en Madrid en esos años.
Al comenzar la guerra, su marido fue destinado a Barcelona y ella se quedó en Madrid. Ambos estuvieron comprometidos con el bando republicano y tuvieron que exiliarse tras la Guerra Civil, para finalmente instalarse en Buenos aires.
En Argentina escribió artículos en Crítica y en El Sol.
En 1944 publicó Celia, institutriz en América, que fue prohibido por la censura franquista. En 1948 decidió regresar a España e instalarse en Madrid. Publicó La hermana de Celia (Mila y Piolín); Mila, Piolín y el burro y Celia se casa (cuenta Mila). Fue a vivir a Nueva York con su hijo pero la convivencia no fue buena y decidió volver a Barcelona, donde conoció a Carmen Laforet.
En 1950 publicó Los cuentos que Celia cuenta a las niñas y Los cuentos que Celia cuenta a los niños. Su último libro publicado en ese año, Patita y Mila, estudiantes fue un rotundo éxito.
Falleció el 8 de mayo de 1952.
El personaje de Celia fue clave en la literatura infantil del siglo XX, respondía al aire de ruptura y modernidad de la República española. Celia se rebelaba ante una educación entendida como receptáculo de información sin una capacidad crítica.
La última obra inédita, publicada en 2016, es Oculto sendero en edición de Nuria Capdevila-Argüelles y María Jesús Fraga.