Consejos de Torrente Ballester
Gonzalo Torrente Ballester fue uno de los escritores españoles más importantes del siglo XX. Recibió el Premio Cervantes y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
En su libro Teoría de la novela declaró que al novelista no le sirve la realidad como materia inmediata, sino "la experiencia de la realidad, inconscientemente transformada, y convertida en materia imaginaria". Y destacó algunos puntos para escribir una buen novela:
• El punto de partida
"El proceso de creación de una obra poética, sea lírica, dramática o narrativa, no tiene relación ninguna con el valor de la obra, y lo que más se parece al proceso de creación de una obra genial es el proceso de creación de una obra sin valor. Los caminos son semejantes, lo que varían son los resultados".
• La forma
"El verso y la prosa son mero accidente, lo importante es la estructura de la narración, el hecho de que unas cosas se cuenten después de otras". También la forma de escribir del novelista guarda relación con el trabajo del historiador: "La novela no tiene un modo exclusivo de contar, sino que participa de los modos que ha compartido con la historia, porque la historia y la novela cuentan".
• Enganchar al lector
"Cuando se lee una novela hay también un pacto implícito, y este pacto, a mi juicio, se puede formular de esta manera: he aquí una historia; esta historia es falsa; usted que la va a leer lo sabe; sin embargo, mientras la lee y hasta que termina la lectura, tiene que creer que es verdadera, porque si no cree que es verdadera, los efectos estéticos de lo que contiene el texto no se cumplen".
• Un destino feliz
"El lector se interesa por el destino del personaje en el momento en que se le propone un personaje. El lector intenta, quiere saber su destino, quizá porque nosotros nunca sabemos en la realidad el destino de los que nos rodean, hasta que se mueren, evidentemente; pero mayor es todavía la ignorancia de nuestro propio destino. Por eso el lector vulgar prefiere la novela que termina bien, porque es un destino afortunado".
• Principio de realidad suficiente
"En toda obra de ficción, en toda novela, en todo cuento, en toda novela corta, uno de los vectores fundamentales para que guste, para que cause efecto, es este de la realidad suficiente".
• El proyecto y sus fases
"El proceso en virtud del cual este señor escribe la novela, se divide, a mi juicio, en tres partes: un parte que podemos llamar prefiguración, otra parte que podemos llamar configuración, y el resultado, a lo que llamamos figura. Es decir, el proyecto, el proceso de realización del proyecto, y el resultado de la realización, que es la obra terminada".
• Imaginación e intuición
"La intuición es una de las facultades que el artista en general y el novelista en particular tienen o deben tener más desarrollada".
• Principio de congruencia
"El principio de congruencia está constituido por la relación necesaria, dentro de la novela, de los elementos todos entre sí y fundamentalmente con el personaje. (...) Consiste en meter a un personaje en una novela que no es suya, es decir, coger a Madame Bovary y meterla en el Quijote o viceversa; inmediatamente uno se da cuenta de que aquello no va. Es decir, que el conjunto de elementos que constituyen el mundo de Madame Bovary no coincide con el conjunto de elementos que constituyen el Quijote; no porque no sean los mismos, sino porque la relación es distinta".
• Principio de convivencia
Era el que menos estudiado tenía, pero su reflexión es tan interesante como la de los demás principios. Torrente Ballester se refiere a la convivencia "que se establece entre el texto y el lector, entre lo que el texto contiene y lo que el lector traduce o desvela tras la lectura del texto o durante la lectura del texto". Y en esta relación intervienen factores que "no varían mucho de los de la realidad de las relaciones humanas".