El formato electrónico reescribe el negocio de las librerías físicas

Para sobrevivir la era digital, las tiendas ofrecen más productos

Por Jeffrey A. Trachtenberg

 

NUEVA YORK—En la gigantesca nueva tienda de Barnes & Noble Inc. en el zona noreste de Manhattan, un gran espacio está dedicado a sábanas para bebés, relojes art deco, artículos de papelería y juegos de mesa como Risk y Stratego. La variedad de mercancías que no tienen nada ver con libros podría ofrecer un vistazo al futuro de la mayor cadena de librerías de Estados Unidos.

Durante 40 años, Barnes & Noble ha dominado el sector minorista de libros. En la década del 70, revolucionó la publicación de libros al promocionar descuentos para best sellers de tapa dura. En los años 90, fue una de las pioneras de las supertiendas de libros con una selección tan vasta que muchas librerías independientes tuvieron que cerrar sus puertas. En la actualidad, la cadena posee 1.362 tiendas, incluidas 719 supertiendas, con un total de casi 1,75 millones de metros cuadrados.

Sin embargo, la revolución digital en el mundo de los medios de comunicación está reescribiendo las reglas de la industria editorial, al socavar a las empresas que han sido las líderes desde hace décadas. Los libros electrónicos aún se encuentran en su infancia y representan sólo entre 3% y 5% del mercado actual. No obstante, están acelerando el declive de los libros de papel y tinta y forzando a los minoristas, las editoriales, los autores y sus agentes a reinventar sus modelos de negocios para no verse severamente afectados.

"Para el final de 2012, los libros digitales representarán entre 20% y 25% de las unidades vendidas en EE.UU., y eso es una previsión conservadora", vaticina Mike Shatzkin, presidente ejecutivo de la consultora Idea Logical Co."Añada otro 25% de unidades vendidas en línea, y cerca de la mitad de todos los libros vendidos serán por Internet".

Ningún sector está sufriendo más el maremoto de los libros digitales que el de las librerías. La ventaja competitiva que Barnes & Noble forjó durante décadas —al ofrecer una selección de más de 150.000 libros bajo un mismo techo— ya estaba bajo presión de las librerías en línea. Esa ventaja, sin embargo, se evaporó con la reciente llegada de las librerías electrónicas, donde los lectores pueden acceder a millones de títulos para sus aparatos.

Aún más problemático para las cadenas minoristas sería sobrevivir tras un declive acelerado de las ventas de libros físicos: como el formato electrónico no requiere papel, imprentas, depósitos o camiones de carga, generalmente se vende a menos de la mitad del precio de un equivalente de tapa dura. Si las ventas de libros de papel caen de forma pronunciada, las cadenas minoristas no tendrán suficientes ingresos para sostener todas sus tiendas.

Algunos se preguntan si las librerías seguirán el mismo camino que las tiendas de música, que cerraron en masa cuando los consumidores pasaron a escuchar y bajar canciones en formato digital. Blockbuster Inc., el gigante estadounidense de alquiler de películas, está luchando para reestructurar su negocio en una era en que las películas pueden ser bajadas directamente a aparatos digitales.

A diferencia de la música, la industria editorial no sufrió tanto como consecuencia de la piratería digital y, durante años, no pudo hallar una forma de hacer dinero con los libros electrónicos. No existía una sensación de urgencia.

"Es justo decir que los líderes de las mayores editoriales no creían hasta hace muy poco que los libros electrónicos tuvieran un potencial económico", dice Arthur Klebanoff, presidente ejecutivo de Rosetta Books LLC, una editorial de libros digitales con sede en Nueva York.

El éxito del lector Kindle, de Amazon.com Inc., cambió todo eso recientemente, al demostrar a las editoriales que el mercado de libros electrónicos era real. Barnes & Noble también lanzó su lector, el Nook. Pero no fue hasta la llegada de la iPad, de Apple Inc., en abril —y su promesa de algún día tener más de 125 millones de clientes de iTunes— que el verdadero potencial de los libros electrónicos se hizo evidente.

"Está llevando los libros digitales a un nuevo nivel", dice John Makinson, presidente ejecutivo de la editorial Penguin Group, de la empresa de medios británica Pearson PLC.

Google Inc. entrará al ruedo a finales de junio o en julio, cuando se espera que empiece a vender sus propios libros electrónicos.

"El modelo de tiendas está bajo presión, de cualquier forma que lo vea", dice Leonard Riggio, presidente de la junta de Barnes & Noble y su mayor accionista. En los próximos tres o cuatro años, afirma Riggio, se lanzará una tienda de Barnes & Noble más diversa que venda una variedad de mercancías y sirva de vitrina para productos digitales.

Otros son menos optimistas sobre el futuro de las librerías: "Su tiempo es limitado", profetiza Shatzkin."No puedo ver cómo las ventas no continuarán disminuyendo, y probablemente a un ritmo acelerado".

http://online.wsj.com/article/SB127524116461499069.html


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