Autopublicación y concursos literarios
La autopublicación tiene numerosas ventajas, las más interesantes es que el autor o la autora son dueños directamente de las ganancias que generan los libros por las ventas, el inconveniente principal surge a la hora de querer incorporarse a la edición tradicional ya que las editoriales no quieren trabajar con textos que ya tienen un ISBN, a menos que sea un gran éxito y el riesgo legal les valga la pena.
Otro conflicto puede surgir, como ha ocurrido recientemente en Francia, cuando las bases de un concurso estipulan que el libro debe estar editado pero sin especificar si por una editorial o si eso incluye la autopublicación.
El Premio Renaudot, que es referencia en el mercado editorial en Francia, y premia el mejor libro publicado cada año, tenía entre sus finalistas, este año, al escritor Marco Koskas con la novela Bande de Français, publicado con el sistema sistema KDP de Amazon.
Cuando se supo que era autopublicado los libreros franceses acusaron a la organización de no ayudar a las librerías, las cuales no podían vender este libro por los canales habituales a través de sus establecimientos. Pedir ese libro era “técnicamente imposible” para las librerías y si ganaba sería el premio Renaudot menos vendido de la historia porque no estaría disponible en librerías.
Cabe señalar que en este tipo de edición el editor es el propio autor, y Amazon actúa de distribuidor único. El escritor argumentó que las editoriales tradicionales no lo habían querido publicar, y que debían aceptar su propia decisión, de modo que la polémica estuvo servida.
Finalmente Koskas cayó de la lista de los autores finalistas.
Uno de los miembros del jurado, Patrick Besson, reconoció que no se habían dado cuenta de que era autopublicado, pero que a la vez puso como ejemplo Du côté de chez Swan, de Proust, que tuvo que publicar en una editorial pero costeando él mismo la edición.
La polémica ha quedado zanjada pero deja la pregunta de si los libros autopublicados deberían entrar en los concursos literarios de renombre. El foco mediático se ha puesto en la publicación pero en definitiva el problema no radica tanto en esto sino en la distribución. En EEUU los libros autopublicados se suelen poder comprar en otras librerías, por lo que el debate real está en la distribución. No conviene olvidar que la mayor parte de la industria editorial tradicional está en manos de gigantescas compañías multinacionales.
En cualquier caso la polémica le ha impedido a Marco Koskas optar al premio, pero le ha ofrecido una publicidad impagable.