El legado cubano de Ernest Hemingway
El estatal Consejo de Patrimonio Cultural de Cuba, representado por la directora de Patrimonio del país caribeño, Gladys Collazo, y la Fundación Finca Vigía de EE.UU., representada por Mary Jo Adams, directora de la Fundación "Finca Vigía", han renovado recientemente el acuerdo suscrito en 2002 para preservar el legado del premio nobel de Literatura estadounidense Ernest Hemingway (1899-1961), quien vivió más de 20 años en la isla.
Finca Vigía es la casona donde residió Hemingway en Cuba, situada a unos quince kilómetros de La Habana, y en la que escribió El viejo y el mar, y Por quién doblan las campanas.
Mientras residía allí recibió, en 1954, el Premio Nobel de Literatura y, tras su suicidio el 2 de julio de 1961, la mansión fue convertida en la Casa Museo Ernest Hemingway. Uno de los pocos espacios de entendimiento que hubo durante los años de la guerra fría entre Cuba y EEUU.
La casa fue construida en 1886 por el arquitecto catalán Miguel Pascual y Baguer.
Después de que la revolución cubana derrocará al gobierno respaldado por Estados Unidos en enero de 1959, Hemingway mantuvo buenas relaciones con el nuevo gobierno cubano, aunque Hemingway no estaba en su mejor momento y viajó a EEUU para tratar su depresión.
Mary Hemingway cedió la casa, con los muebles y la biblioteca, al gobierno cubano, que la convirtió en un museo dedicado al autor. No había margen de negociación para la transacción ya que de todos modos la casa sería expropiada y además la familia Hemingway no podía viajar a Cuba a recoger los enseres por el bloqueo de EEUU a Cuba.
La casa fue restaurada por el gobierno cubano y reabierta en 2007.
Entre su colección destacan libros, trofeos de caza, discos, armas, papelería, fotos, una máquina de escribir que solía usar de pie y el yate "El Pilar", con el que el periodista salía a pescar y navegar por el mar Caribe.