Historia del alfabeto
La escritura es mucho más antigua que el alfabeto. El primer alfabeto formal conocido surgió en Egipto en el año 2000 a. C. y se gestó a partir de los principios alfabéticos de los jeroglíficos egipcios del Sinaí. Los alfabetos griego y latino se inspiraron en este.
Durante los cinco siglos siguientes se difundió hacia el norte, y muchos alfabetos de Occidente provienen de este. El alfabeto fenicio y arameo representaban solo a las consonantes en un sistema denominado abjad. El alfabeto arameo evolucionó a partir del fenicio en el siglo VII a. C. como el sistema oficial de escritura del Imperio persa, es probablemente el ancestro de prácticamente todos los alfabetos modernos de Asia. Los cuatro alfabetos más representativos descienden del abjad fenicio: el latino, griego, fenicio, hebreo y árabe.
El alfabeto hebreo moderno comenzó siendo una variante local del arameo imperial. El alfabeto árabe desciende del arameo a través del alfabeto nabateo utilizado en lo que actualmente es el sur de Jordania.
El alfabeto arameo es también el antecesor más probable de los alfabetos brahámicos del subcontinente indio, que se difundieron hacia Tíbet, Mongolia, Indochina y el archipiélago malayo junto con las religiones hindú y budista.
Los griegos tomaron el alfabeto fenicio hacia el siglo VIII a. C. y lo adaptaron a su lenguaje. Las letras del alfabeto griego son las mismas que las del alfabeto fenicio, y ambos alfabetos están ordenados de la misma forma. Los latinos adoptaron para su escritura una variante del alfabeto griego occidental a través del contacto con los etruscos, que usaban una transformación de este, y de los propios griegos de la Magna Grecia alrededor del siglo VII a. C.