Hallado en una biblioteca
Cada tanto tiempo salta la noticia de algún hallazgo insospechado de un manuscrito de una gran autor/a. A menudo estos han permanecido durante años, o incluso siglos, camuflados entre todos los volúmenes de una biblioteca personal o pública.
Hace unos pocos años se encontró la comedia Mujeres y criados de Lope de Vega en la Biblioteca Nacional en España, en la que se halló también un fragmento de un manuscrito autógrafo del compositor Vincenzo Bellini dentro un álbum de fotografías y dibujos del siglo XIX con paisajes de Malta y Sicilia.
Remy Cordonnier dio con la primera edición de recopilación de las obras de teatro de William Shakespeare elaborada tras su muerte en 1616 y publicada en 1623, en la biblioteca Saint-Omer.
En una biblioteca pública de Nantes fue hallado un manuscrito de Leonardo da Vinci
En 1803, un bibliotecario halló en la Biblioteca Nacional de Noruega un mapa del mundo otomano del que solo se hicieron cincuenta copias: el Atlas Cedid.
En la biblioteca del monasterio del Monte Sinaí se han descubierto recientemente varios palimpsestos (manuscritos antiguos a los que se les ha borrado expresamente el texto primitivo para volver a escribir encima) durante los trabajos de restauración y digitalización de los fondos de su biblioteca.