Sant Jordi: la rosa y el libro
Desde 1456, Sant Jordi es el patrón de Cataluña, y se conmemora el 23 de abril el día en que murió. Pero en Cataluña el día de Sant Jordi es muchísimo más, es el día del amor y del libro. En Sant Jordi la tradición manda que los hombres regalen rosas a las mujeres que aman, a su pareja, a su madre o a sus hijas, y que la mujer le regale un libro, aunque en los últimos años son muchas parejas las que deciden intercambiar un libro y además recibir la rosa.
Cuenta la leyenda que en Montblanc había un dragón terrible que causaba estragos entre hombres y bestias. Para contenerlo, escogían por sorteo a un habitante y lo daban al monstruo para que lo devorara. Un buen día, le llegó el turno a la hija del rey, que habría muerto a manos de la fiera si el caballero Jordi no hubiera aparecido para enfrentarse al dragón y matarlo. La tradición añade que con la sangre derramada de la bestia nació un rosal de flores rojas.
En el siglo XV ya se organizaba en Barcelona una feria de rosas por Sant Jordi, a la que acudían prometidos y matrimonios jóvenes, y, a partir de 1929 se hizo coincidir la fiesta del libro, que conmemora la muerte, también en 23 de abril, de Miguel de Cervantes y William Shakespeare.
La fiesta se celebra en toda Cataluña pero su centro neurálgico está las Ramblas de Barcelona, enclave histórico de la fiesta, donde se ubicaban los numerosos puestos de libros que convivían con las famosas floritas de la Rambla de las Flores. En los últimos años el éxito de la fiesta ha desbordado el espacio originario, y hoy en día ocupa también Paseo de Gracia y Rambla Cataluña, y eso no impide que a ciertas horas sea casi imposible transitar por las calles por la enorme afluencia.
Además, todas las librerías de Cataluña colocan una mesa en el exterior con rosas y libros, y, de hecho, en esta fecha se produce una parte sustancial de las ventas del año.
La Casa Batlló de Gaudí ha sido decorada en estas fechas con numerosas rosas rojas, y no es casualidad, ya que la casa de Gaudí se ha convertido en uno de los iconos para las viajeros y visitantes de la ciudad, y la fiesta de Sant Jordi, por su particular carácter cultural y cívico, ha suscitado un gran interés en el extranjero a lo largo de las últimas décadas en que la fecha se ha convertido en cita ineludible para los autores que tienen oportunidad de firmar sus libros a los lectores y tener un contacto directo con estos.
