Bibliotecas curiosas: Biblioteca Beinecke
Algunas bibliotecas son curiosas por su emplazamiento, el edificio que las alberga, o por tener colecciones únicas, de entre estas últimas la decana es la Biblioteca Beinecke de libros raros y manuscritos, (http://beinecke.library.yale.edu/) perteneciente a la Universidad Yale y ubicada en New Haven, Estados Unidos. Su fondo se compone de manuscritos extraños y únicos, en total unos seiscientos mil volúmenes, entre ellos un ejemplar de la primera biblia de Gutenberg, que fue el primer libro impreso en una imprenta de tipos móviles. La Biblioteca Beinecke contiene numerosos manuscritos de la edad media e incluso anteriores, escritos en papiro. Documentos incunables y únicos, realizados a mano y que incluyen poesía, arquitectura, o espirituales, el Alchimia opvscvla de Francoforti o textos armenios.
La colección de libros raros e incunables se albergaba, en su inicio, a finales del SXIX, en una sección de la Biblioteca de Yale, la colección fue ampliada y ubicada en el Sterling Memorial Library, y desde 1963 ocupa el nuevo edificio. El edificio actual fue iniciado en 1960 y diseñado por Gordon Bunshaft. No tiene ventanas y está construida con granito y mármol blanco de Vermont, lo que permite el paso de la luz pero logra una iluminación interior de baja intensidad para no dañar los libros antiguos y pergaminos.
La biblioteca custodia el Manuscrito Voynich, uno de los documentos que se consideran más extraños y difíciles de descifrar, se trata de un libro ilustrado, de contenido desconocido, escrito hace unos quinientos años por un autor anónimo en un alfabeto no identificado. Algunos expertos creen que es un libro codificado. El origen del manuscrito podría ser mesoamericano, según indican algunos de los dibujos de plantas, y el hecho de que el estilo es similar al de las ilustraciones botánicas del siglo XVI en México, aunque entre las ilustraciones también hay figuras humanas.
A pesar de que lingüistas de todo el mundo, llevan siglos intentando descifrarlo, nadie lo ha conseguido hasta la fecha. El libro fue descubierto por un anticuario, Wilfrid Voynich, en 1912, las pruebas de carbono 14 no dejaron lugar a dudad sobre la antigüedad del manuscrito.