Amistades literarias. Goethe y Schiller.
"Una potencia superior hizo posible mi unión con Schiller", escribió Goethe a Eckermann. Schiller, por su parte, afirmó: "ante la excelencia no cabe más que el amor".
La amistad entre Goethe y Schiller fue una de las más fecundas de la historia literaria. Goethe, el genio del romanticismo alemán por excelencia, autor de Las penas del joven Werther, nació en 1749. Schiller era diez años menor pero ya famoso por su primera tragedia Los bandidos. La gran valía intelectual y el enorme genio de ambos sumado a un respeto mutuo hizo que su amistad se consolidara.
En Weimar, ciudad en la que vivía Goethe, y a la que se acabó trasladando Schiller, hay unas estatuas que conmemoran esa amistad.
De la colaboración de ambos surgieron obras magníficas como Wallenstein y La doncella de Orleans de Schiller, o Wilhelm Meister y Hermann y Dorothea, de Goethe, y las revistas Die Horen, Musen-Almanach y Propyläen, así como la escritura de epigramas.
Como artistas, Schiller era temperamental, impetuoso pero eso no le impedía admitir el genio superior de Goethe, aunque le molestaba el carácter impertinente de este. En cambio a Goethe no le agradaban las salidas de tono de Schiller, hasta que se conocieron personalmente. Se dieron cuenta de que sus personalidades y su genio eran complementarios, de modo que lo fragmentario e indiscreto se sumó a la ponderación.
Su amistad los unió en diversos proyectos: se criticaban mutuamente las obras que escribía, Schiller le pedía que señalara los defectos de sus dramas, Goethe le envió su obra Los años de aprendizaje de Wilhem Meister, que Schiller le devolvió minuciosamente comentada.
Ambos, como acaece a los sabios, eran conscientes de sus límites: “No cuente usted hallar en mi abundancia de ideas; eso es, por el contrario, lo que yo puedo encontrar en usted. La necesidad y la tendencia espontáneas de mi naturaleza consisten en obtener gran partido de muy poca cosa...” , le escribió Schiller en una carta.
Schiller, que nunca había gozado de buena salud, murió antes que Goethe, y este mostró su aflicción diciendo: "He perdido a un amigo y con él, la mitad de mi existencia".