Escritoras ocultas
Las escritoras españolas de principios del siglo XX no lo tuvieron fácil, la sociedad se negaba no solo a reconocer su talento sino a darles un sitio. Con los años se ha logrado reivindicar a algunas de ellas que hoy en día son bastante conocidas, como Clara Campoamor o Carmen de Burgos, pero no fueron las únicas, hubo otras grandes figuras que en pleno SXXI permanecen todavía en el olvido, como María de Lluria, la marquesa del Ter, que fue una de las primeras feministas de España (la marquesa roja, la denominaban). En realidad se llamaba Lilly Rose Schenrich, estaba casada con un aristócrata español que había sido diplomático y fue una de las fundadoras de una de las primeras organizaciones feministas de España.
María Lejárraga fue otra de las fundadoras del feminismo en España, sin embargo, eso no impidió que su marido escritor expoliara la obra de su mujer con cierto consentimiento por parte de ella, que veía cómo hubieran sido casi imposibles de publicar los mensajes feministas que contenían sus obras si hubieran sido firmadas por ella. Lo que es más flagrante es que en la adaptaciones que se han hecho en la actualidad de sus obras siga figurando como autor Gregorio Martínez Sierra. Este, antes de morir, firmó un papel en que reconocía que su esposa era coautora de sus obras, pero en los ochenta dos expertas universitarias pudieron demostrar que ella era la autora única de las obras de teatro que fueron un gran éxito en su momento.
Llegó a ser diputada al Congreso de la República por Granada. Tuvo que exiliarse tras la guerra civil a Argentina, donde murió en 1974.
Entre sus obras reconocidas encontramos: Cuentos breves (1899), La mujer ante la República (1931), Una mujer por caminos de España (1952), Gregorio y yo (1953), Viajes de una gota de agua (1954) y Fiesta en el Olimpo (1960).
Magda Donato, seudónimo de Carmen Eva Nelken Mansberger nació en 1898, Madrid. Escribió en periódicos como El Imparcial, Estampa, El Liberal y La Tribuna. Se exilió en México, donde inició su carrera como actriz en el grupo Les comediéns de France. Con su pareja Salvador Bartolozzi, fue coautora de obras de teatro para niños como Pinocho en el país de los cuentos o Las aventuras de Cucuruchito y Pinocho. Como autora publicó: La carabina (1924), ¡Maldita sea mi cara! (1929), Las otras dos (1931) y La protegida de las flores.
Sofía Casanova fue corresponsal y cubrió la I Guerra Mundial y la Revolución Rusa. Colaboró en periódicos como ABC, La Época, El Liberal, El Imparcial de Madrid; en la revista Galicia, en otras publicaciones gallegas y en prensa internacional, como la Gazeta Polska y el New York Times. Sus viajes le permitieron además conocer a personalidades del mundo intelectual y político como Tolstoi, Marie Curie, Morel Fati. En 1906 es elegida miembro de la Real Academia Gallega, en 1911 entra a formar parte de la Academia Española de la Poesía Española y fue una de las pocas mujeres a las que Benito Pérez Galdos elogió. En 1925 incluso su nombre se barajó entre los candidatos españoles al Premio Nobel de Literatura. Publicó cuatro colecciones de poesía, cinco novelas, ocho novelas cortas, relatos cortos y una obra de teatro. Como periodista publicó La mujer española en el extranjero (1910), De la Revolución rusa (1918), Impresiones de una mujer en el frente oriental de la guerra europea (1919), La revolución bolchevista, Diario de un testigo (1920) y El martirio de Polonia (1946).
Concha Espina nació en 1869, se casó con Ramón de la Serna y se trasladaron a Valparaíso (Chile). En 1898 regresaron a España. Fue una de las intelectuales más destacables de la literatura española de la primera mitad del siglo XX. Celebraba los viernes un salón literario en la calle Goya de Madrid, fue colaboradora de diversos periódicos como El Correo Español de Buenos Aires y en España con La Libertad, La Nación, ya desaparecidos, y El Diario Montañés de Cantabria. Escribió una extensísima obra literaria que en 1914 y en 1924 le valió los premios de la Real Academia Española por La esfinge maragata y Tierras del Aquilón respectivamente y le fue concedido el Premio Nacional de Literatura por su obra Altar mayor. Asimismo, llegó a ser candidata en tres ocasiones consecutivas al Premio Nobel de Literatura (1926, 1927 y 1928).
Federica Montseny ha pasado a la historia por ser uno de los nombres clave del anarquismo español de principios de siglo y ser la primera mujer en ser nombrada ministra en España pero, además, fue una gran escritora.Escribió más de cuarenta novelas anarquistas que se publicaban en colecciones de novela corta. La primera se publicó en 1920 Horas Trágicas.
