Cafés literarios (2)
El Café Gijón de Madrid
Uno de los cafés literarios más emblemáticos, por su larga historia con la intelectualidad, es el Café Gijón de Madrid que, a lo largo de su existencia, ha sido citado en libros y periódicos, pintado por prestigiosos artistas, y se han escrito una docena de libros sobre su historia y anécdotas.
Fundado en 1888 por el gijonés Gumersindo García, en el Paseo de Recoletos 21, antiguamente el local estaba dividido entre el café y la zona de cocheras para los carruajes. El café tuvo su primera época de gloria cuando los escritores de la Generación del 98 montaron una tertulia a la que acudían Benito Pérez Galdós, José Canalejas, Santiago Ramón y Cajal, Ramón María del Valle-Inclán, Jacinto Benavente o Julio Romero de Torres. En 1914, el creador del café lo traspasó a un barbero con la única condición de mantener el nombre.
La neutralidad de España en la Primera Guerra Mundial hizo en Madrid se refugiaran personajes de la política europea, y hasta la espía Mata Hari se sentó en las famosas mesas de mármol del café.
En 1925 se realizó una primera reforma que decoró la fachada e incorporó una puerta giratoria. Benigno López, murió y se hizo cargo del café su viuda Encarnación Fernández. Tras esa reforma, el café se convirtió en lugar predilecto de la tertulia de la Generación del 27 y otros artistas de la época como: Federico García Lorca, Dalí, Buñuel, Ignacio Sanchez Mejías, Ramón Gómez de la Serna, Maruja Mallo, María Blanchar, Celia Gámez, Mercedes Fornica, Carmen de Mora, Angelina Gatell, o Elena Soriano fueron algunos de sus asiduos. En la Guerra Civil se convirtió en lugar de reunión de milicianos y tras la guerra se estableció la llamada tertulia de los poetas, presidida por Gerardo Diego.
En plena posguerra se realizó otra reforma que incorporó al salón cuatro espejos y Fernando Fernán Gómez creó el premio de novela corta Café Gijón, que se sigue celebrando hoy en día. En su primera edición, el célebre actor y escritor corrió personalmente con los gastos y el premio fue para César González-Ruano, y la última en ganarlo, en 2016, fue Isabel Bono por Una casa en Bleturge.
En los cincuenta su popularidad fue creciendo e incluso llamó la curiosidad de extranjeros como Truman Capote , Ava Gardner, Orson Welles, Joseph Cotten o George Sanders.
En 1963 se realizó una nueva ampliación que creó el restaurante en el sótano del local llamado La Cripta Embrujada. Y en la transición de nuevo vivió otra época dorada con el impulso de Francisco Umbral, que publicó en 1972 La noche que llegué al Café Gijón.
En 1997 el Gijón cambió de dueños y pasó a ser propiedad de Gregorio Escamilla.
