El libro electrónico no ha creado nuevos lectores
Estados Unidos y el Reino Unido son líderes en la demanda de textos para pantallas. Los países anglosajones fueron los pioneros pero en los últimos años el mercado está estancado, viene a representar un 30% del total del sector en Norteamérica y algo menos en Gran Bretaña.
En España el mercado todavía crece pero se encuentra bastante por debajo de los índices anglosajones, ya que ocupan solo el 4% de todo el negocio editorial.
Lo cierto es que esta cuota la ocupan los mismos lectores que había, solo que estos utilizan lectores digitales (e-reader, móvil, tableta, etc.) en parte de sus lecturas, pero siempre de forma minoritaria.
Está claro que todavía el papel persiste. Las razones son variadas: el lector de ebooks no convence, el precio de los libros digitales es demasiado alto y no se han logrado crear plataformas efectivas que, como han hecho en la música Soptify o en el cine Netflix o Filmin, ofrezcan una experiencia que no esté reñida con la legalidad y los derechos de autor pero que permita al lector una experiencia lectora amplia por un precio mucho más ajustado. El precio del libro digital hoy día sigue siendo solo ligeramente inferior al de papel, lo que no convence a los usuarios.