Dedicatorias literarias (5)
Los escritores no se han olvidado, en sus dedicatorias, de agradecer a aquellos seres queridos que han estado a su lado, pero quizás no serán nunca mencionados:
"Para mi hermana Anita, que rodó las escaleras con su primer vestido de noche, y se reía, sentada en el rellano."
Escribió Carmen Martín Gaite para Entre visillos.
Graceling Kristin Cashore dedicó su obra a:
"Para mi madre, Nedda Previtera Cashore, por su gracia especial con las albóndigas, y para mi padre, J.Michael Cashore, dotado con la gracia de perder (y encontrar) sus gafas."
Y Manuel Maristany de deicó La enfermera de Brunete a:
"A un viejo amor que murió sin darme tiempo a pedirle perdón."
Algunas obras han sido dedicadas a aquellos que los apoyaron con ideas sobre la obra:
"Para Phyllis, que me hizo meter los dragones."
George RR Martin, Canción de hielo y Fuego. Tormenta de espadas
"A Susana, que supo rebatirme, una tras otra, las cinco razones de peso que le expuse para no escribir jamás la novela."
Javier García Sánchez, Ella, Drácula
O a los anónimos que, sin embargo supieron inspirar una obra:
"A la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la calle del sol, que me mandaba moras y claveles."
Juan Ramón Jiménez, Platero y yo