Dedicatorias literarias (2)
Seguimos reflexionando sobre las dedicatorias de los escritores/as en los libros, en algunos casos constituye casi un subgénero, y, más allá de los agradecimientos, permite entrever vicisitudes y características del autor como persona. Algunas están escritas con la idea de resarcirse de las afrentas de la vida, otras con un sentido irónico, a veces son casi una disculpa a sus allegados. Para gustos está todo escrito.
Mario Benedetti quiso dedicar su libro Primavera con una esquina rota a su padre:
"A la memoria de mi padre (1897-1971), que fue químico y buena gente."
Esta dedicatoria no era solo una demostración de amor filial sino que pretendía públicamente homenajear a un hombre que había sufrido un descalabro vital siendo un hombre íntegro. Su progenitor, Brenno Benedetti, que era químico farmacéutico, traspasó una farmacia y fue víctima de una estafa, esto lo llevó a la quiebra, y vivió pendiente de estas deudas toda la vida. Estas circunstancias coincidieron con la infancia y primera adolescencia del joven Mario que se vio obligado a trabajar desde los catorce años para ayudar en la situación precaria de la familia. Finalmente su padre consiguió un empleo público como único modo de sobreponerse al embargo. Esta situación afectó profundamente a la infancia del futuro escritor, como él mismo comentó en numerosas entrevistas: “Mi padre era químico farmacéutico, pero tuvo muchos contratiempos con la quiebra de una farmacia en la que lo estafaron. Yo tenía cuatro años. Tuvimos que mudarnos de Tacuarembó a Montevideo, y a partir de ahí mi infancia e incluso parte de mi adolescencia fueron muy duras, con muchas privaciones. Vivíamos en un ranchito con techo de chapas de zinc; mi madre tuvo que vender la vajilla, los cubiertos y todas esas cosas que le regalaron para el casamiento. Finalmente mi padre consiguió un empleo público y ahí las cosas empezaron a andar mejor. Yo ya había tenido que dejar el colegio secundario para empezar a trabajar vendiendo repuestos para automóviles. Entonces, con esos problemas económicos que hubo en mi familia, ¿qué me iba a imaginar que iba a ser un autor de éxito y que iba a poder vivir de la literatura?”.