Ellos publican mucho, ellas innovan más
Josep Massot / La Vanguardia
Día 14/08/2016
Entre las posibles conclusiones de un balance literario de lo que va de siglo, hay al menos una indiscutible: buena parte de los libros que están innovando la literatura están firmados por mujeres. El mundo vive una profunda transformación en todos los campos.
Como en todas las épocas de cambio, hay aspectos negativos y otros positivos y entre las buenas noticias está la progresiva conquista de espacios por parte de la mujer que antes le estaban vedados o le eran asignados por el hombre de manera subsidiaria. “Démosle otros cien años, démosle una habitación propia y quinientas libras al año, dejémosle decir lo que quiera y omitir la mitad de lo que ahora pone en el libro y el día menos pensado escribirá un libro mejor”, pedía en 1929 Virginia Woolf, aludiendo a que la mujer no disponía de un espacio propio, ni de autonomía económica y estaba encasillada en la sensiblería.
Casi un siglo después son más las mujeres que, dadas a conocer a partir del 2000, aportan una forma más renovada de narrar que los hombres, que también los hay (Patricio Pron, Alejandro Zambra, Rodrigo Hasbún, Carlos Labbé, Eduardo Halfon...). Otra fuente de regeneración viene de los otros continentes que no sufren la fatiga europea. El imaginario ha cambiado, pero las mujeres siguen siendo una minoría en las estructuras de la propiedad y de la hegemonía intelectual. Escribir sigue siendo la forma más barata de crear.¿Y quién gana las quinientas libras de Woolf?