La memoria recobrada de Carlos Barral
Antonio Lucas / El Mundo
Día 19/11/2015
Cuentan que Carlos Barral pisaba la arena de Calafell al final de su vida como si en cada paseo hubiese algo de último vuelo. Aquel hombre rematado en una gorra marinera, patrón del Capitán Argüello (una barca de vela latina, cortante o triangular diseñada para ir contra el viento) murió a los 61 años, en 1989, dejando atrás un mar con rumor de luto en ese día muy quieto. Había nacido en 1928.
Fue uno de los ejemplares más codiciados de aquellos escritores que dieron cuerpo al Grupo de Barcelona, junto a Jaime Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo, la sección catalana de la Generación poética del 50. Barral, de entre ellos, resultaba el más singular, el más extraño, el más accidentado en ciertos aspectos, el más espectacular también: poeta, editor, marinero, memorialista. Iba, como la vela latina de su Capitán Argüello (la última de sus embarcaciones), existiendo contra el viento.