Hoteles Literarios - 3
Hoteles Literarios - 3
Seguimos este viaje por los hoteles que han formado parte del imaginario literario de insignes escritores con los emplazamientos más exóticos y bellos, entre los que destacan el Taj Lake Palace de Udaipur. La legendaria ciudad de Udaipur fue fundada alrededor del lago Pichola, cuyas aguas reverdecen los alrededores, su vegetación y sus palacios de mármol blanco o rosa la distinguen del resto, y solía llamársele la Venecia del Este. Fue allí donde Octavio Paz pasó parte de su estancia en India y le dedicó el poema El día en Udaipur. Paz describe la experiencia en Udaipur. ‘Blanco el palacio,/ Blanco en el lago negro’
El lago Pichola que rodea la isla Jagniwas es de un azul muy oscuro y de noche es aún más negro por el contraste con el mármol blanquísimo del palacio. ‘Como la diosa al dios/ tú me rodeas, noche’ (versos 4-5).
El Gran Hotel de Calcuta es un enorme edificio decimonónico de la época del imperio británico, allí John Giorno se replegaba de sus estancias en Nepal o Darjeeling, sobreviviendo a 4.000 metros en una cabaña de madera. Calcuta es la ciudad de los poetas:
“Tenía muchos amigos que eran grandes poetas indios. Me visitaban en el Gran Hotel y no entendían cómo podía vivir en un sitio tan claramente ofensivo, colonial y reaccionario, Yo me pasaba todo el tiempo en mi habitación, fumando, bebiendo whisky made in India y escribiendo”.
El Cecil Hotel, de Alejandría, se alojaron escritores de la talla de Somerset Maugham. Este hotel aparece en la novela Miramar del Nobel Naguib Mahfuz, y en El cuarteto de Alejandría, en el volumen Justine, escrito por Lawrence Durrell, es donde Justine y Nessim se encuentran en el salón del Cecil Hotel para discutir sobre su matrimonio:
“entre las palmeras polvorientas, ceñida con un vestido de lentejuelas plateadas, el magnífico abrigo de piel echado sobre la espalda como los campesinos llevan la capa”, aparece la sensual Justine, la judía alejandrina del barrio Attarine, la aventurara y espía.
Por último, por el Taj Mahal de Bombay han pasado insignes artistas desde principio del siglo XX, Aldous Huxley estuvo en él en 1925, Rabidnarath Tagore en 1929, Somerset Maugham en 1938.
Pier Paolo Passolini, Alberto Moravia y Elsa Morante, realizaron un viaje a la India en 1961. El libro de Pasolini, Un olor de la India, es sin duda su mejor crónica viajera y empieza el hotel Taj Mahal de Bombay. Moravia publicó un libro de corte muy distinto Una idea de la India.
Ambos escribieron sobre este viaje en un ejercicio de riqueza literaria ambas obras muestran un punto de vista y un estilo completamente distintos que sin embargo responden a una misma experiencia.