Lecturas de verano
El verano es ese tiempo que pensamos que podremos hacer todo lo pendiente durante el año, además de disfrutar de las vacaciones. Estos propósitos acostumbran a fracasar año tras año y llegamos a septiembre sin haberlos llevado a cabo, pero sí es cierto que en verano logramos tener más tiempo para leer, en la playa o el campo, antes de la siesta, o después de comer, o bajo una agradable sombra. No vamos aquí a recomendar novedades sino algunas lecturas que son agradables para el calor y la alegría veraniega.
En primera línea se encuentran las lecturas de clásicos que nos incitan al paseo en la naturaleza, como Las ensoñaciones del paseante solitario de J.J. Rousseau o Walden de Henry David Thoreau, o el clásico El paseo de Robert Walser.
Si vamos a ir de viaje uno de los mejores libros de aventuras para sentir África es El Corazón De Las Tinieblas, de Jospeh Conrad, siempre está bien releer Asia a través de otro bellísimo texto muy poco conocido de Julio Cortázar, Prosa del observatorio, una descripción poética del observatorio astronómico que Jai Singh construyó en la ciudad india de Jaipur, en el Rajasthan. On the road (En el Camino) de Jack Kerouac, nos acompañará por nuestros viajes, mentales o reales, por Estados Unidos y, cómo no, Cien años de Soledad de García Márquez es la lectura ideal para rendir homenaje al desaparecido escritor colombiano, radicado en México, este verano, y sentir la pulsión de la realidad latinoamericana.
El coloso de Marusi de Henry Miller es una de las novelas menos conocida del autor y una de las más bellas y sinceras, en las que narra su estancia en Grecia huyendo de la 2ª Guerra Mundial y esto nos llevaría a otro griego: Cristo de nuevo crucificado, de Nikos Kazantzakis. Kazantzakis es un escritor que, como Miller, escribe con el corazón y el estómago y la nariz y el sexo, y con los pies en la tierra.
Pero también el verano es el momento para atrevernos con algún texto más difícil como Agua Viva de Clarice Lispector o con aquellos clásicos que siempre tenemos pendientes, léase: En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, Guerra y Paz de Tolstoy, Crimen y Castigo de Dostoyesky, por ejemplo.
Buenas lecturas y feliz verano.