ESAS HADAS DE LA PALABRA
Por Mercedes Eleine González
“Para un príncipe enano se hace este fiesta” dice el apóstol cubano José Martí en uno de sus inmortales versos del "Ismaelillo" y yo tomo la frase prestada para decir exactamente lo mismo pero en este caso: para los príncipes y las princesas que conforman ese delicado mundo de la Infancia se hace este libro escrito por una de esas exquisitas personas que cultivan el amor en su más tierna forma. La Infancia es ese mundo raro donde todo es posible , donde las cosas suceden en un santiamén, donde la noche puede ser día y el espacio convertirse en bosque o sol y estrellas y las nubes ser alfombras mágicas y voladoras que nos transportan a cualquier parte del mundo por lejos que esté. La Infancia es ese País de Irás y no Volverás una vez que nos marchamos de él aunque creo que sí, que hay una forma segura de retornar y es precisamente a través de la imaginación y la fantasía de las hadas de la palabra, como en este caso en que lo hacemos a través de la escritora Mara Bustillo. Eso es lo que es Mara, un hada madrina, un hada perfecta de la palabra escrita y de la poesía más hermosa que puede haber dedicada a los niños que son, a los que fueron y a los que indudablemente serán y aún permanecen bajo las sombras del Tiempo. Escribir para la gente menuda no es tarea fácil aunque muchos lo piensen, no crean que porque son pequeñitos esos enanos queribles resultan un público al que se les pueda dar de todo, ¡no! ¡que va!, todo lo contrario, su sinceridad, carente por completo de artificios y falsedades, despojados de toda hipocresía y sensibleras apariencias lo convierten en uno de extrema sensibilidad y crudeza donde lo que no les gusta lo expresan de manera abierta y frontal. Por eso hay que andar en punticas de pie, pisando aquí y allá con sumo cuidado para no tocar la raya de la acera, no caer en la grieta de la esquina y no hacer mucho ruido para no despertar al gato travieso que acecha al canario en su jaula. Eso es escribir para niños, un arte difícil y cautivador cuya exquisitez se mide por el grado de ternura y amor con que los grandes seres trazan la línea divisoria de lo que pudo ser y es. Mara Bustillo sabe trazar con tino y mano segura la línea que demarca el buen gusto en cuentos que desgrana al oído infantil con la voz susurrante y cariñosa de la abuela tierna que enseña queriendo a través de páginas alentadoras en su lección diaria de vida. Mara hace lo que José Martí dice en sus cuatro revistas iniciales que luego se convirtieron en un precioso libro conocido como La Edad de Oro: enseñar recreando, o lo que es lo mismo, aprender disfrutando. Y eso no es fácil lograrlo. Que lo digan los expertos. Mara Bustillo toma de la mano al niño o niña y va caminando pausado y sin prisa por las verdes y limpias veredas de la más rica imaginación desde las edades más tempranas hasta donde ya el pensamiento fluye capaz de procesos más complejos, análisis y conceptos más profundos de la inicial pubertad ante los lógicos e inquietantes cuestionamientos humanos, Mara siempre suave, equilibrada, cautelosa, maternal y con el enriquecedor conocimiento del que viene de todas partes y hacia todas partes va. Lo que digo, un hada madrina de la palabra escrita, eso es Mara Bustillo en la Serie de Cuentos de Nina Bambina, un precioso libro que hoy pone con mucho amor la editorial hispana Voces de Hoy en manos del lector.
