Dogos
Autor: Antonio Portela Lopa
Género: Poesía Editorial: Pre-textos (en coedición con la Junta de Extremadura) Año de publicación: 2011 Número de páginas: 59
La editorial Pre-textos en su colección de poesía publica “Dogos” el poemario de Antonio Portela que fue merecedor del premio “José de Espronceda de poesía, Ciudad de Almendralejo 2010”. Reseña: Un jurado compuesto por: José Miguel Santiago Castelo, Ada Salas, Álvaro Valverde, Antonio Sáez Delgado, José Antonio Zambrano, Carlos Marzal y Manuel Borrás, decidió en el año 2010 premiar este trabajo de Portela, un aljaraqueño de mundo, que veía así premiado su segundo trabajo como poeta. Antonio Portela Lopa nació en Huelva, en el año 1978, por lo tanto pertenece a esa generación literaria tan interesante y pendiente de calificar que empezó a eclosionar a principios del año 2000. Antonio se licenció en filología hispánica en la universidad de Salamanca, su congénita cultura audiovisual lo llevó a terminar en la universidad de Venecia su doctorado sobre “Los mitos del Cine en la Literatura”. En el año 2002 publicó su ópera prima poética “¿Estás seguro de que no nos siguen?” (DVD ediciones) con el que ganó el premio “Andalucía joven”. Portela comenzó, con tan sólo 24 años, una carrera literaria que podría ser tachada de precoz, pero nada más lejos de la realidad, no solo fue premiada por la crítica, sino que su siguiente obra está separada en el tiempo por nueve años de silencio poético, lo que demuestra que no estamos ante un autor primerizo e imprudente. El poemario “Dogos” en principio iba a titularse “Diamantinos Dogos” pero por causas del destino su título terminó siendo cercenado, si a alguien le suena de algo ese título no es casualidad, está extraído de una canción de David Bowie, el archiconocido “Duque” del pop. Por si fuera poco, Bowie no es solo responsable de la inspiración del título, sino de la escenografía de todo el poemario, ya que Portela confiesa al final de sus versos haberse inspirado íntegramente en las canciones del genio de Brixton, motivo por el cual, además de la similitud de los títulos de los poemas con los de sus canciones, hay alusiones constantes al gramático y dramático universo del rockero británico. El poemario se presenta sin bloques que lo estructuren, es una letanía de poemas consecutivos, algunos con dedicatoria, que suman la cantidad de 31. El primer poema se titula “Diamantinos Dogos” quizá en memoria a ese título frustrado, y para mí representa en cuerpo y alma la esencia de este libro, primero por su ritmo entrecortado de imágenes esclarecedoras, segundo por la métrica endecasílaba pura, utilizada como demostración del dominio del canon que no se volverá a repetir jamás en las siguientes páginas, ya que los versos de Portela fluyen en la anarquía y libertad del verso libre: “Se oyen ladridos por las arboledas./Vienen de antiguo. Dicen que barruntan/indefensas fracciones de universo,/bajo pretil o trampa de intemperie,/bálsamo insomne, fiestas, soledades/y cuerpos. El poema “Odisea espacial” comienza con un verso de Gonzalo Rojas que dice así: “Estoy aquí de paso a las Estrellas”, haciendo alusión a protagonistas de la mitología clásica Antonio narra en primera persona el fluctuar de sí mismo como una entidad cósmica suspendida en la distancia y rodeada por maravillas que le provocan no sentir nostalgia por su verdadera patria, la Tierra. En el poema “Cinco años” (dedicado a Ignacio Elguero) el poeta consigue alcanzar cotas de moderno lirismo, un lirismo yo diría con tintes clásicos, una mezcla inusual, y más teniendo en cuenta lo arriesgado de emplear un léxico tan mundano como culto, teniendo en cuenta la narración en primera persona del yo lírico integrado en un decorado de urbanas babilonias. En “Ceniza” la filosofía, la metafísica inunda los versos empapados en la sinceridad de alguien que reflexionando acerca de la trascendencia de su existir baraja la posibilidad de entregarse a la desobediencia de la consciencia y formar parte del grano más minúsculo del universo: “incumplir/las exigencias de la eternidad,/y ser un ávido animal de amor/desatendiendo en su consciencia y sea/agua en el agua, aire/en el aire, ceniza en las cenizas”. En el poema nostálgico “Mirad a mis amigos” sorprende la adecuación de la semántica al sentimiento, desdeñando la litúrgica retórica a favor de una sencillez que traspasa y nos brinda unos esplendorosos versos finales cargados de sinceridad y lucidez: “Mirad a mis amigos./ Ellos son el verano. Son la vida”. En general los poemas contenidos en “Dogos” contienen tanta valentía como descaro, en sus versos, la casta lírica abdica a favor de un posmodernismo capitulado que puede ser no convenza al lector más exigente, pero sin duda ofrece una nueva textura para los sentidos y de alguna manera reta a los aventureros que buscan la sorpresa en sus diferentes formatos. Portela ve reflejado en Bowie ese ideal de superdotado intelectual que trata de innovar merced a su ambición y su inquietud, y recoge los frutos de una u otra dependiendo del voluble estado de deflagración de su alma. Portela es un interesante valor literario que estoy seguro encontrará su camino de rotundidad con el paso del tiempo, sus versos anuncian una asunción paulatina de experiencia y creacionismo que sorprende cuando menos por su malabar apuesta. Antonio ha publicado en prosa el libro titulado “Ciudadano romano” escrito durante su estancia en Roma en los años 2004 y 2005 como becario en la Academia de España.
José Antonio Olmedo López-Amor