Juan Carlos Márquez, autor de relatos. Premio Euskadi 2012
Cuando en 2008 leí “Norteamérica profunda”, —cinco relatos que tienen como escenario distintos lugares del mapa de los Estados Unidos de América, tan lejanos y tan extraños para nosotros que no somos americanos, pero que sin embargo nos descubren que lo importante no es el escenario, sino lo que hay dentro de cada uno de los protagonistas —me descubrí, como Emiliano Zapata, poniendo un circulo en torno al nombre de Juan Carlos Márquez, como señal de atención sobre alguien al que no había que perder de vista. Venía con aires de hacer algo nuevo y distinto. No me ha sorprendido que Editorial Salto de página la haya reeditado, después del éxito de Tangram. Otro libro de éste autor, que fue premio Euskadi de Literatura 2012, y que bien pudo ganar el premio Seteníl al mejor libro de relatos de ese año. Circunstancia que confirma que los jurados de los premios y concursos literarios no son infalibles, ni perfectos. Tangram es otro libro de relatos, con vocación de novela como tanto se empeña en decir la misma editorial, sin que consiga llevar a todos al convencimiento de que así sea. Tangram no es una novela al uso. A mí al menos, no me lo parece. En cambio, como su nombre indica, es un puzle bien pensado, un tapiz constituido con inteligencia, un mosaico que traba siete historias y siete protagonistas al mismo nivel, como si fuera un crucigrama cuyas líneas verticales, horizontales y oblicuas completan un todo que goza de una construcción técnica impecable. Es un elemento claro de la genialidad, bien trabajada, de J.C. Márquez, que, con una prosa refinada y selecta, va conduciendo al lector de la perplejidad a la sorpresa, a través del terror, del canibalismo, de la ficción extravagante, de la obesidad como paradigma de la intolerancia, de escenas propias de la novela negra, del humor negro, de la intriga y de la mala leche en definitiva. Dos libros muy recomendables para todos aquellos que saben apreciar los buenos relatos y también para quienes podrían aprender a disfrutarlos.
© Bárbara Fernández Esteban 02/2013