José Luis Zerón Huguet. Intemperie (Sapere Aude, Oviedo)
Poemario bucólico y de la experiencia. Sin duda el poeta con el paso del tiempo se vuelve pesimista debido a lo agrio del mundo. El poemario rico en vocabulario contiene versos luminosos sobre la naturaleza, el trovador se funde con la fronda, la maleza…, el rapsoda se comunica con la flora y la fauna, como el humano se comunicará con la inteligencia artificial. Demiurgo naturalizado. Sin darse cuenta el poeta nos acerca a la divinidad, siendo protagonistas el bardo y la naturaleza. También hay cabida para lo urbano, como una pequeña Babilonia donde soñamos con la libertad. Solumbre (poemario ahora reescrito y revisado que forma parte de este poemario final) llegó a mis manos hace muchos años. Y pensé: “¿seré capaz de escribir esta poesía que golpea mi sensibilidad?” Con Intemperie me ha sucedido lo mismo. Aunque claro cada poeta tiene su voz sin llegar a ser epígono en este caso. La palabra crea, la palabra destruye. Pensando en Zerón tiene más milagros a su alcance. Es un poemario que arde en la noche, iluminado, llega a ser un claro día. El bardo nos habla también del don y la maldición de ser padre. Hay sentidos poemas de homenaje. Los poemas finales enternecen. Unos versos para animar al lector: “Es duro el amanecer para el inocente” “Palabra incandescente, demorada, vuelo silencioso de pájaro herido” “Donde volver los ojos sin encontrar espinos que desgarren la mirada”
Francisco José Blas Sánchez