Protesta y reconciliación en la obra Madres Solteras
Los poemas e historias de Aidé Montilla Reyes surgieron como una protesta "al estigma que arropa a una mujer cuando pasa a ser una familia no tradicional". Por familia no tradicional se refiere a la mujer que por una u otra razón se convierte en madre soltera. Con su protesta la autora quiere contrarrestar los estigmas que confronta la madre soltera. Como si quisiera buscarle la libertad de ser aceptada como un miembro más del grupo con sus debilidades además de sus fuerzas. La autora ha convertido su protesta en un libro excepcional. Es difícil recibir "inspiración" para escribir poemas en momento de sosiego. Imagino que la inspiración se hace más difícil cuando está motivada por la protesta. La dificultad es mayor cuando quien escribe es una mamá soltera que no eligió trabajar todo el día "para luego llegar a casa y buscar no desplomar[s]e." Pero la tensión provocada por la protesta se va disipando en el transcurso del libro. Por momentos olvidamos que estamos leyendo la posibilidad de un reclamo y nos sentimos envueltos en una melancolía gelatinosa que nos lleva a contemplar la maternidad desde la perspectiva de una madre soltera ofreciéndonos como factor común la realidad que enfrentan las mujeres que han aceptado la maternidad con responsabilidad. Así parece cuando explícitamente declara la nota introductoria, “Este libro… simplemente busca enaltecer la ardua labor de ser mamá.” El problema es que la tarea de la maternidad es más ardua cuando la fundación donde se cimentó la maternidad desaparece con la disolución de la pareja. Para la autora, las madres solteras, aunque "...con su plomo y tesón se forran el caparazón de amor y paciencia...", no tuvieron elección. Para ella "las mujeres que conozco no eligieron criar solas". Alguien las hizo elegir la desventura de criar solas a los hijos concebidos estando acompañadas. O alguien eligió por ellas el no tener más que a la soledad frente a los hijos concebidos dentro de una pluralidad. En un línea nos dio razones para una madre llegar a ser madre soltera: Mujeres abusadas, física y emocionalmente maltratadas En el poema Interrogante, las razones para llegar a ser mamá soltera se disuelven. Aunque se comprendan y justifiquen, en este poema esas razones carecen de comprensión. Habrá sido por maltrato físico, no se justifica. Quizá haya alguna solución. El maltrato emocional, también podría trabajarse la situación enmendado las faltas y triunfar sobre las hostilidades para criar juntos a la prole. La separación quizá podría curarse evitando los sinsabores y amándose uno a otro. Cualquier otra razón además de las mencionadas no se comprenden cuando se busca un respuesta a la pregunta: Será que nadie pregunta, ruega, demanda o pide... Cómo es que una mujer termina siendo madre soltera? ¿Cómo es? La pregunta persiste. Habrán motivos para concluir que una mujer es madre soltera pero ningunos satisfacen. Persiste la pregunta para liberar "sacándonos de esta condena / de no saber ciertamente..." como una madre que no inventó sola a sus hijos pasa de acompañada a la soledad en la crianza. Por una razón u otra, la soltería de la madre deja la carga de la responsabilidad de la cotidianidad mientras cría sobre la persona abandonada. Se convierte en una sobrecarga, no un rechazo por los hijos. Entonces la madre soltera llora en ocasiones el futuro incierto: ¿Cómo llora una mujer a solas cuando no duerme del miedo por un futuro incierto? ¿ Cómo llora una mujer a solas cuando ni para bañarse hay tiempo entre la casa, los quehaceres y la nueva bendición? En otro de sus poemas ¿Será que puedo agendar tiempo para llorar? la causa de la soltería de una madre es que "...la otra parte entendió que así era mejor para él, recogió sus cosas y se fue[]". La misma idea la presenta de otra manera en Contra viento y marea: Un día, de la nada, sucede lo inesperado; ...Las razones poco importan cuando esa otra persona termina la relación, recoge sus cosas y se va. De las reflexiones buscando razones por comprender la separación de la pareja y el desamparo de los hijos, la madre también tiene momentos para pensar en sí misma. En el poema Abismos parece encontrar algo de luz al fin del túnel. Los sentimientos encontrados persisten pero considera levemente la posibilidad de que alguien la haga sujeto activo de una nueva relación: Cuando uno ama y lo rompen se forman corazas... océanos que te dividen del resto del mundo, de todo aquel que en algún momento se le ocurra, pretenda o suene querer enamorarte. En el poema Algo más que mamá, la madre es más violenta, franca, y consciente de sus instintos: Soy algo más que mamá... quien busca ser plenamente amada, fuera del tan famoso título de ser mamá. Se detiene a pensar sobre su realidad y busca liberarse de sus propios estigmas. Es la que desea con ganas desnudarse no sólo de sus ropas sino también de sus inhibiciones, procurando ser amada y buscando el amor no el número de amantes sino en la que tiene la voluntad de amar sin contar cuantos sean los admiradores. El contraste es mayor cuando rechaza la idea de la ramera o la santa: Soy una mujer deseosa de ser amada, de quitarse la ropa de ama de casa y disfrutar plenamente su sexualidad. La que decide cuantos amantes tendrá, pues eso no la hace ni ramera ni santa. En otro poema, esas fantasías de una multitud de amantes, como acto vicario y vengativo por la rabia que brota de la soledad, amainan como las olas tiernas llegan a la playa: No, no todas las madres solteras son mujeres que se dedican a irse a la cama con cualquiera De repente esas mismas olas al devolverse recobran fuerzas, y se encrespan contra la misma playa y en la misma línea levantan su protesta: ...cosa que a nadie le importa pues al final de cuentas su cuerpo es suyo y de nadie más Estos versos sobre la liberación sexual de la madre soltera forman parte de un montón de sentimientos sucintamente mencionados en el libro. Como por ejemplo, a modo de aclaración nos llega esta explicación: "No se trata de minimizar tampoco aquellas mujeres que decidieron criar con sus parejas". El libro que inicia como protesta “al estigma que arropa a una mujer” cuando se convierte en madre soltera también sanciona positivamente a la misma sociedad que la estigmatiza. Inclusive en su penúltimo poema, Para empezar a criar a un enano, la autora parece enumerar los personajes pintorescos de la sociedad criticona y aún nombra a algunos con descripciones que se corresponden con los géneros más chismosos de su entorno. Por ejemplo, Juanita la peluquera y Carlos el del colmado ¿Habrá alguien mejor enterado de los trapitos sucios del barrio que estos dos personajes? Quizá la vieja de la esquina contribuya al cuchicheo lo mismo que la partera o la bochinchera. La señora del cabaret también contribuye lo mismo que el motoconchista o el taxista pero nada supera las cosas que salen del colmado o de la peluquería. Todo se debe a que esos son centros de concentración del chisme en masa mientras los otros contribuyen a su distribución de modo individual. Lo lindo del caso es que según este poema todos estos personajes contribuyen a criar a los hijos de la estigmatizada madre soltera: para empezar a criar a un enano hace falta un montón de gente La madre soltera a fin de cuentas contempla su dicotomía psico-social con la que se ha enfrascado y parece llegar a un balance con la sociedad que desconoce su realidad detrás de sus puertas. Esa sociedad por su ignorancia critica, estigmatiza, habla sin pensar y discrimina a quien por elección o no cría sola a sus criaturas. Por otro lado, es la misma sociedad ignorante y mordaz la que adopta y ama a los hijos que se crían con solamente uno de los progenitores. En este caso la madre. Es la chismosa del barrio, el doctor, el camionero que chulea a la vecina, el taxista o la tía quienes juntos a los demás dan forma a la crianza de los “enanos/as” de la madre soltera. En fin, es una relación simbiótica de rechazo y aceptación, protesta y reconciliación la que acicatea a la madre a aceptar su rol de madre como los demás lo esperan. Y la madre que se siente criticada pasa a satisfacer sus expectativas de lucha por sus hijos mientras también satisface la curiosidad de quienes la esperan ver fallar o triunfar en su decisión de luchar por sus hijas/os. Y todos de un modo u otro reciben en un abrazo de barrio la prole que se cría con la madre soltera.
Antón Dislaking