“El sermón de la montaña”, de Gabriela Guerra Rey
Por Luis Benítez
El sello del D.F. Aquitania Siglo XXI acaba de distribuir un nuevo título de la reconocida escritora, guionista, periodista y editora cubano-mexicana, una autoficción que trasciende los límites de la así llamada “literatura del yo”. Distante de toda connotación religiosa, como una primera lectura del título podría sugerir, El sermón de la montaña. Un sueño imposible por las barrancas de la vida (1), atiende a la aventura de la autotransformación de la autora, desde el característico personaje urbano que la mayoría de nosotros somos, abrumado por preocupaciones, estresado de continuo, entregado al consumo -de bienes y servicios que no necesitamos, de cigarrillos y pésima comida chatarra, fútiles distracciones, etc.- buscando inútilmente algo de satisfacción donde no la encontrará, pero que son los escasos y falsos caminos que nos ofrece el mundo contemporáneo para paliar los males que él mismo nos ocasiona. La alienación, uno de los grandes males de nuestro tiempo, aquello que no nos permite ser como realmente somos sino que nos exige convertirnos en un otro en el que difícilmente podremos reconocer algún vestigio de nosotros mismos, acecha a la autora-personaje en la que se transforma Gabriela Guerra Rey en este volumen, que participa en muchas de sus secciones y por partes iguales de la representación y de la ficción, de lo confesional y de la inserción bien calculada de párrafos propios de una ensayística. El proceso de metamorfosis de la protagonista arranca de las circunstancias traumáticas que rodean su partida voluntaria de la isla que la vio nacer, impulsada por un afán de libertad que no le brindaba el entorno natal. Estamos hablando del grave proceso del desarraigo, la pérdida elegida por el individuo de sus afectos, tanto familiares como de índole íntimamente amistosa, amén de dejar atrás cuanto conoció desde sus primeros instantes de vida. En definitiva, el arrancarse del pasado en un presente que es incapaz de avizorar cuál será el futuro inmediato y mucho menos el porvenir a largo plazo de esa decisión vital. Para colmo de males, al personaje principal y ya en condición de autodesterrado le llega la noticia de que su madre padece de cáncer confirmado, estando él a la distancia. En tales instancias, que fácilmente podrían destruir a un yo más débil por el solo peso de esas dos realidades imposibles de soslayar o ignorar, y conjugadas para sumar más presión sobre el individuo, este encuentra en El sermón de la montaña el genuino recurso para compensar e incluso superar las secuelas factibles de dejar una impronta definitivamente negativa sobre su existencia. Son el deseo de supervivencia y el poder de resiliencia los que se imponen en la protagonista. Suma a sus actividades intelectuales -que son muchas y altamente exigentes- las de carácter físico, en una puesta a prueba cada vez más rigurosa y severa de sus aptitudes para sobrellevarlas. Opta por participar activamente de carreras de fondo, riesgosos deportes de aventura que tienen por escenario preferido el entorno de la montaña, elegido, según trasunta el relato, por su capacidad de devolverle a un espíritu antes comprometido con la intoxicación y el desasosiego permanentes, la duda existencial erigida como eje principal de sus días, el hallazgo del salvífico regreso a lo esencial, la pacificación interior, la salud física y psicológica y la nueva confluencia del sujeto con la belleza, la dicha y lo mejor de la vida tanto interior como externa. No vaya a suponer erróneamente quien esto lea que El sermón de la montaña consiste en uno de eso divulgadísimos “libros de autoayuda”, que nada resuelven en definitiva, con su abrumador recetario de obviedades y generalizaciones que no conducen a ninguna parte. Se trata de un volumen que definitivamente se erige sobre la base de una decisión individual, personalísima, tomada por la autora-protagonista en cuanto a enfrentar el riesgo de persistir en una existencia que se iba vaciando paso a paso de sí misma, contrarrestándolo con otro peligro, aquel de que da cuenta -y del que sale ampliamente victoriosa- en sus periplos por varias regiones del globo, corriendo detrás de una salvación integral de lo mejor de sí. Afán que la lleva a recorrer a paso rápido y cada vez más seguro las cañadas, barrancas y montañas de su nueva patria de adopción, México, así como otros agrestes escenarios de América y Europa, inclusive aquel que fue el origen de Occidente, Grecia. En uno de los pasajes más fascinantes de esta elegida peripecia detrás de la restauración personal, en tierra azteca la protagonista traba relación con los rarámuris, “los hombres de hierro” que habitan la Sierra Tarahumara, al norte de México, genuinamente reputados como los mejores corredores de todo el mundo, y señala cómo ellos se convirtieron en el manantial mayor de su inspiración para acceder a la meta, no física, sino señaladamente espiritual, a la que finalmente arribó. El sermón de la montaña participa de varios géneros escriturales: es ficción y diario de lo real, bitácora psicológica y física, brújula de orientación certera en el universo de la aventura, reflexión sobre lo esencial que se esconde en nosotros mismos y llave de su descubrimiento. La autora La escritora, guionista, periodista y editora Gabriela Guerra Rey nació en La Habana, Cuba, el 15 de octubre de 1981 y se radicó en México en 2010. Se desempeñó en periodismo y guion cinematográfico en distintos medios de Cuba, México, y España, entre otros países. Entre sus obras publicadas se cuentan: Monte y ciervo herido (divulgación científica, en colaboración con Félix Guerra, Cuba, 2010); Nostalgias de La Habana, Memorias de una emigrante (testimonio, Argentina, 2017); Bahía de Sal (novela, España 2017, México, 2018, Argentina, 2019); Luz en la piel, cinco voces de mujer (novela, España, 2018) y Hellena en todas partes (novela epistolar, México, 2019 y 2021). En narrativa breve: Antología de cuentos iberoamericanos: Los cuentos que Pessoa no escribió (en coedición con Mayda Bustamante, edición bilingüe, para España y Portugal, 2018-2019); Los amores prohibidos de la muerte (España, 2019); Borges, el hombre que no sabe morir (junto a los escritores Froilán Escobar y Andrey Araya, Argentina, 2021) y El libro de los destinos inciertos (cuentos, 2022). Ha recibido el Premio Juan Rulfo a primera novela por Bahía de Sal, otorgado por el Instituto Nacional de Bellas Artes de México (2016); el tercer premio del OCC Mundial de Recursos Humanos por el reportaje de género: Tres mujeres una historia, publicado en la revista Inversionista, México (2014) y el Segundo premio de la Unión de Periodistas de Cuba en el concurso nacional 26 de Julio, por el análisis sobre la crisis económica internacional de 2008, publicada en Agencia de noticias Prensa Latina (2009). NOTA (1)Editorial Aquitania Siglo XXI, ISBN 979-8392151110, 229 pp., Ciudad de México, México, 2023. aquitania-xxi.com/