ALINA GALIANO: UNA POETA DESCONOCIDA EN SU PUEBLO
Es insólito que alguien logre ser reconocido internacionalmente y sea menos que un vago recuerdo en el pueblo que le vio crecer. Mucho más insólito si se trata de un artista que en su obra recurre con sistematicidad a los gratos momentos de la infancia. Así sucede con Alina Galiano, poeta cubanoamericana con más de veinte libros de poesía publicados por diferentes editoriales en España, Colombia y Estados Unidos de América; y cuya obra ha sido antologada en múltiples ocasiones tanto en el nuevo como en el viejo continente. Aunque nace en 1950 en Manzanillo, los primeros 15 años de su existencia los vive en Campechuela, a su decir "un pequeño pueblo de costa que recuerdo con mucho cariño". A pesar de haber vivido entre 1965 y 1968 en España y luego, definitivamente hasta el 217, en Manhattan, Nueva York, el ambiente de su seno familiar y la magia emanada por el Golfo del Guacanayabo han sido huellas eternas en sus sentimientos."Yo nací entre los mimos de una casa señorial que habitaba de lleno los sonidos del mar. Yo nací un ser feliz y entre cocuyos me sentaba a contar junto a mi abuela las fases de la Luna, el invisible olor de las estrellas [...] tengo muchas ganas de irme a ver, a quererme con el mar [...] Hace mucho tiempo que no siento entre los dedos de mis pies el calor y suavidad de las arenas, y mis pasos sienten la orfandad que eso contiene. Entonces me vuelvo a las orillas de mi pueblo, Campechuela, y hundo mis pies en su mineral y negra arena y busco caracoles o pequeñitas caguaras de color rosa, tesoros que recrean mi visión y la tesitura de mis manos". Por desavenencias con el gobierno, Alina, en plena adolescencia, es enviada a España por su familia. Hoy en Campechela existe la creencia de haber sido ella una de las involucradas en la Operación Peter Pan, pero acorde al año de su partida y el destino de su viaje nos percatamos de que es una opinión equivocada. Llama la atención que habiendo conocido los umbrales de la adultez en la península ibérica no es hasta que se establece en Manhattan cuando comienza a tener inquietudes artísticas y se convierte en una excelente poeta. El no regresar a Cuba tiene algo que ver con la desmemoria que hacia ella se atañe. Y tiene también que ver con que se le atribuya la creación de un libro en contra de Fidel Castro, algo que es incierto. Pero más allá de haberse ausentado siendo una adolescente sin un solo poema escrito, más allá de no haber regresado nunca, más allá de las leyendas de corte político, más allá de posibles intenciones para invisibilizarla, es inconcebible que la autora de títulos como Entre el párpado y la mejilla y La geometría de lo incandescente (en fija residencia), la primer finalista en poesía de la Primera Bienal de Barcelona, el premio García Lorca de 1984, la ganadora en 1991 del premio Letras de Oro, la activa colaboradora de Radio Cox y de Megalopalabras en la plataforma de YouTube, sea casi una total desconocida en la porción de tierra donde más se sintió identificada. Vale decir que en la historia literaria del poblado de Campechuela no ha existido un poeta que alcance las dimensiones de Alina Galiano; incluso esta afirmación puede ser considerada a nivel provincial. Es conocida la sentencia que reza "nadie es profeta en su tierra", pero ya es hora de que Alina Galiano sea considerada como una poeta hija de su pueblo.
Por: Ramón Armando Izaguirre Agüero