LA VIGENCIA DE LA NOVELA POLICIAL
Omar Ramos*
Las características de la novela policial, el misterio y las pistas en la resolución del crimen, son abordadas con solvencia, en esta novela de Susana Ibáñez, Mientras vence afuera la sombra, publicada en la Provincia de Santa Fe, Argentina, por la editorial Palabrava, Colección Rosa de los vientos (2021). Es un género moderno que —como indicaba Borges— crea su propio tipo de lector.
La autora, presenta, en su forma clásica, crímenes de difícil resolución, donde el protagonista, el fiscal Rojas, se compromete y trata de llegar al centro del poder, de Santa Fe, donde impera la violencia.
La trama comienza cuando el fiscal Rojas concurre a una podóloga, Tracia, bella y sagaz, para que le extraiga las uñas de los pies, después de sufrir un atentado que casi le cuesta la vida. El fiscal le cuenta del caso que tiene para su resolución. La muerte enigmática de Carlos Ballesteros, un hombre, que luego de un desengaño amoroso, se recluye sin salir de su casa durante cuarenta años. Este suceso puede interpretarse también como una metáfora del aislamiento de un mundo hostil, un sistema del que tratan, en vano, de escapar algunos hombres. Ballesteros, en su encierro, se dedicaba a leer y a aprender computación.
En el caso del asesinato de Leonardo Lorefice, el juez Schillaci lo presiona al fiscal Rojas para que acuse a Mauricio Mounier. La autora, introduce en la investigación de este homicidio, una circunstancia de actualidad: En ocasiones, los medios periodísticos descubren los hechos antes que la burocrática y lenta justicia.
A medida que avanza, la historia adquiere complejidad con distintos personajes, bien caracterizados, como Duilio Andrade Costas, Raúl Andrade, Felipe, Gabriela, Yazmina, entre otros, y diversas circunstancias que se abren como un abanico que atrapan y despiertan interés por las distintas posibilidades de resolución.
Susana Ibáñez conoce y describe con exactitud los pormenores del sistema judicial, que como todo poder no está exento de falsedades y luchas por ascender en una verdadera cadena de mandos que depende del poder ejecutivo de turno. Cito a la autora: “Schillaci prodigaba una cordialidad que a Rojas le sorprendió y le pareció genuina a la vez. Aunque no le guardaba rencor, lo recordaba violento, soberbio, verborrágico. Todos querían hacerse amigos de él”.
Esta realidad de inoperancia y autoritarismo desgasta a esmerados funcionarios judiciales como el fiscal de esta novela, que trata de colaborar con la justicia en su condición de acusador, pero la realidad lo desgasta, lo decepciona y le quita la energía de los primeros tiempos y lo conduce a importantes cuestionamientos.
Al igual que en su anterior libro, Te juro que es por tu bien, Susana
Ibáñez muestra su lograda escritura, en un oficio literario que la enaltece como una importante escritora de estos tiempos.
