VEINTE POEMAS DE ADIÓS Y UNA DESPEDIDA NECESARIA
de Victoria Jiménez (BajAmar editores)
Victoria Jiménez es profesora de Lengua Castellana y Literatura en él ÍES Sidón en Medina Sidonia (Cádiz). Desempeña su labor docente con gran pasión y convicción. Comprometida con la defensa de la igualdad de la mujer, halla en la escritura su arma más poderosa y sutil. Su poemario bien podría ser la representación de una obra de teatro en tres actos donde se ocupa y se preocupa de la compleja relación que existe entre los siguientes temas: el amor, la soledad, el olvido y los recuerdo. Sin embargo, todo ellos, surcan aguas profundas y oscuras cuando aparece el tema de la despedida. Cuando las despedidas son sobrecogedoras, el temido adiós aparece irremediablemente. Victoria Jiménez, planea sobre el ADIÓS con una exquisita sencillez y con una cálida delicadeza, a través de una poesía balsámica para almas dañadas, almas sufridas, pero no derrotadas ni hundidas. Por fin “Me escucho por primera vez” y es el silencio inmensamente generoso el que me susurra y me aconseja, que a pesar del doloroso desconsuelo que sentimos, abandonemos la fragilidad de la indecisión y pongamos fin a un desenlace que estaba impreso en letras de molde. Es el momento de decir adiós, es el momento de dejar marchar al otro; quizás por el otro, quizás por uno mismo, quizás por todos. Para algunos, semejantes resignados, lo mejor es dejar el pasado en el aislamiento del ayer. Entonces la ausencia se torna necesaria, ya que al igual que en cualquier representación, el inicio lo marcan los actores cuando entran en escena y con la bajada del telón, se da por terminada la función; entonces, los espectadores se marchan ilusionados o decepcionados por el desenlace. Victoria Jiménez transita con templada elegancia por la vereda de la tristeza que surca el adiós, hasta la despedida, como un acto de liberación para espíritus aún encadenados a los recuerdos de las vivencias de otros tiempos, de otros lugares. Se trata de un “Adiós jubiloso” título para un brillante poema donde despuntan contundentes palabras que provocan el desvelo a las entrañas más adormecidas: “(…) aprendiendo a ser yo sin ti, a ser yo sin nadie, a ser yo sin más, a ser yo, centro de todo”. Victoria Jiménez metamorfosea la despedida, casi siempre arrastrada por el sufrimiento, en un proceso constructivo, en una evolución discontinúa, en un seguir caminando como peregrinos: “Avanzo, sigo avanzando”. Es soltar amarras para dejarse acunar por aires aventureros como lo haría una barca a la deriva, sin rumbo fijo, con nuestra mejor sonrisa, con una mueca inquieta preparada para abordar nuevos horizontes, en busca siempre de la sorpresa de lo incierto y de lo desconocido. He ahí la maravilla de volver a empezar, halando del lastre de la experiencia y con una velada coraza tejida de miedo y de esperanza: “Amándome y recomponiéndome, en el proceso continuo de volverme a hacer”. Julia García Lopez-Durán ( Sanlúcar de Barrameda) ( 27/11/2021) “La sombra más oscura es la que se encuentra bajo la vela” (Hans Neuman)
Julia García López- Durán