Masaoka Shiki: Haikus y kakis
Galaxia Gutenber, Barcelona, 2021.
He aquí donde lo breve alcanza un grado tal de sugerencia poética, de elevación simbólica, que será difícil resistirse al lector en no reparar (incluso adentrarse) al viaje que íntimamente, se propone en textos tan frágiles y, al tiempo, medidos: “Alrededor/ de una casita, cuatro/ o cinco sauces”. Es curioso, parece que la palabra ‘casita’ se asocia mejor al panorama que se nos presenta, tanto como realidad como por una especie de aproximación a un ensueño. Y ello sin apartarse de la realidad del hombre, del interior del hombre, pues él es quien le da vida al escenario propuesto en la medida en que lo siente. Tal es el haiku: sugerencia y ensueño, realidad y una aproximación a la fantasía. Se exige un buen poeta para ello, claro está. El maestro Basho decía que aquel escritor que componía cinco haikus bellos, podía considerarse un privilegiado en el ‘ser’ de la escritura Los ejemplos que sirven para transportarnos a un mundo lejano y a la vez próximo, simbólico y casi táctil, abundan en este libro breve y nutriente a la vez, donde el lector se va a sentir en todo momento aludido, partícipe de una emoción que podría ser, por qué no, también suya. “Viento de otoño,/ No hay dioses para mí,/ no existen budas” La esencia de una soledad libre, significativa, equivale a una forma de adaptación al silencio, a un bien interior. Siempre el paisaje como trasfondo y, de algún modo, como interlocutor. Siempre el referente de un lugar-hogar donde habita y convive un ánimo sereno con una realidad asumida, concordante: “Mayo. Una cesta de flores, olvidadas./ Nadie en los campos”. Sin ánimo alguno de protagonismo, el lector ocupa de una manera como levitante, un lugar principal en la escena y, al tiempo, dota de vida cuanto constituye el escenario que le acoge y vivifica. La edición, muy cuidada, viene en doble versión de lengua original del japonés y traducción al español pero, unido a ello, podemos leer-observar también la grafía propia de su lengua nativa, donde el dibujo, de trazo seguro y armónico, añade una significación invitadora a hacer del ejercicio de la lectura un disfrute propicio a una forma de orden, de acuerdo entre trazo y lectura sentida, lo que añade calidad y goce estético a lo que estos textos tienen de mensaje fructífero, purificador, largamente sensibles. “Serenidad/mientras camino solo,/ contento y solo”, y voy haciendo el camino.