HE AQUÍ EL DILEMA
HE AQUÍ EL DILEMA “Desde el momento en que cogí su libro me caí al suelo rodando de risa” (Groucho Marx)
Tras un tiempo, la gente que escribe, o al menos lo intenta, quiere ver su creación plasmada y expuesta a los lectores. Sin embargo, cuando alguien se plantea publicar algo propio surgen dos dilemas: ¿Dónde encontrar esa oportunidad de publicación? ¿Ante quién presentar los textos literarios? Bien, sin ir más lejos, en internet se abre un abanico de posibilidades. Aunque, tras navegar en este mundo un tiempo, vale la pena atender a este consejo: Si eres novel y escribes regular, si necesitas que alguien te dé palmaditas en la espalda sabiendo que es él quien se beneficia realmente, si tu ego literario te puede, tienes franco el camino. Se pueden citar direcciones web que se dedican a adular ese ego personal, ya que seleccionan a “todo dios” para una antología impresa que no es gratis (tan solo hay que calcular el precio del libro y multiplicarlo por el número de seleccionados). Y me refiero a "diversidadliteraria, letrascomoespada, mundoescritura", por poner tres ejemplos aún activos, o a las ya extintas "edicionesdeletras, ojosverdesediciones, centropoetico". Y ante la duda de tal afirmación, solo hay que buscar en los foros o blogs adecuados para leer opiniones con idéntica postura. O, en mi caso, confesaros que tengo dos cartas de esta última alabando mis poemas y queriendo endosarme su antología (que nunca quise ni compré). Esa es la realidad. Y he aquí el dilema nuevo tras conocer esta verdad: ¿participar o no en esos concursos bondadosos y zalameros? Bien, si un@ es conformista y conoce sus limitaciones, puede seguir publicando cosas en las redes sociales y enorgullecerse de aparecer en tan largas listas de finalistas. Los fans asentirán y aplaudirán, y se habrá logrado el éxito.¡Perfecto! No obstante, para aquellos 'escritores' inconformistas existen empresas mayores, con un jurado especializado y unas reglas claras de participación. En estos caso, se deben pulir los argumentos, mejorar el léxico, revisar la gramática, buscar un estilo propio, etc. Y, por supuesto, consultar las webs que nos informan seriamente sobre esos concursos y certámenes. Aunque este camino, lógicamente, no está hecho para todo el mundo.
Valentín García Valledor