IVÁN,EL IMBÉCIL, LEÓN TOLSTOI
Qué genialidad la de Tolstoi, al burlarse solapadamente de la clase alta de su tiempo, en Rusia, clase a la que él mismo perteneció. En su cuento "Iván, el imbécil", nombra con ironía, como "imbéciles" a las personas que se ganaban el pan honradamente, labrando la tierra, que compartían con sus vecinos, que no sabían de codicia ni ambición. De entre sus tres hermanos, Iván, era el imbécil, embrutecido por el trabajo, paciente y carente de belicosidad alguna. De hecho, su hermana es muda, seguramente, como crítica también al papel de la mujer de su época. Sus hermanos, Seman el guerrero y Tarass el barrigudo, representan los vicios de la sociedad: el ansia de poder y la ambición por el dinero. Esta sociedad de imbéciles, de los que Iván se hace zar, son a la vez la sociedad que debiéramos ser, en justo equilibrio. En paz y trabajando para subsistir, sin odios, sin fronteras... Hermoso cuento, que Tolstoi cierra con la siguiente frase: "Al que tiene callos en las manos se le dice: "¡Ponte a la mesa!", y al que no los tiene: "¡Come lo que sobra!" *Tolstoi demostró un gran corazón y conciencia social, tal vez inusual para su época y condición social. Muy recomendable.
Patricia Cecilia Sepúlveda Manríquez