Sobre Axolotl de Julio Cortázar
Por Alejandra González Hernández
Luego de una primera lectura, Axolot nos recuerda dos cuentos El viento distante de José Emilio Pacheco y Migala de Juan José Arreola, en ambos, el protagonista a través de la mirada entra en contacto con otro ser: un ajolote, una tortuga y una araña respectivamente y es a través de la mirada como se establece un juego de poder. Cortázar nos deleita con una historia que aborda a través de una narración referenciada a dos tiempos, uno relativo al pasado y otro al presente, tiempos que fácilmente pueden identificarse desde primer fragmento: “Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardín des Plantes y me quedaba horas mirándolos, observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl” Remitiéndonos a los párrafos, tenemos qué en el primero, arriba expuesto, maneja los dos tiempos (pasado y presente), en el segundo y tercero el tiempo pasado, en el cuarto y más largo, los dos tiempos, el pasado en el quinto, los dos tiempos en el sexto, el pasado en el séptimo al igual que en el octavo y los dos tiempos en los últimos dos párrafos, haciéndonos pensar en una posible “métrica” en el manejo de éstos. Además, destaca la manera cómo esta vinculación de los dos tiempos va contándonos una historia paralela, la del hombre que esta obsesionado por los ajolotes y la de cómo el axolotl se va dando cuenta de la forma en que se transformó en axolotl. En este sentido, el autor logra que comprendamos ambas historias a través del manejo de los verbos en pasado y en presente, usualmente insertando frases cortas entre las largas, veamos: “Los axolotl se amontonaban en el mezquino y angosto (sólo yo puedo saber cuán angosto y mezquino) piso de piedra y musgo del acuario.” O en este otro: “A veces una pata se movía apenas, yo veía los diminutos dedos posándose con suavidad en el musgo. Es que no nos gusta movernos mucho y el acuario es tan mezquino…” De hecho, la parte del hombre esta en pasado y la parte del axolotl en presente. Por otra parte, tenemos que el primer párrafo corresponde a una analépsis porque el narrador hace referencia a información del pasado en relación al punto en que se encuentra la historia. En el cuarto párrafo se encuentra una pausa descriptiva, de hecho, el autor emplea casi 18 líneas para describir a un axolotl dónde hace hincapié en los ojos “Un delgadísimo halo negro rodeaba el ojo y los inscribía en la carne rosa, en la piedra rosa de la cabeza vagamente triangular, pero con lados curvos e irregulares que le daban una total semejanza con una estatuilla corroída por el tiempo”. En el penúltimo párrafo, hayamos un ejemplo de relato repetitivo, es decir, que cuenta N veces lo que sucedió una vez: “Ví mi cara contra el vidrio, en vez del axolotl vi mi cara contra el vidrio, la vi fuera del acuario, la ví del otro lado del vidrio. Entonces mi cara se apartó y yo comprendí” Importante es mencionar que tenemos dos teorías a partir de la lectura, por tratarse de un cuento fantástico es posible que el hombre que caminaba por el bulevar de Port Royal y otras calles, dejándose dominar por la mirada de un axolotl se hubiera convertido en éste, recordemos dos frases al respecto: “Los ojos de los axolotl me decían de la presencia de una vida diferente, de otro manera de mirar” y “ Empecé viendo en los axolotl una metamorfosis que no conseguía anular una misteriosa humanidad”. En la segunda teoría, podemos pensar que el axolotl, luego de ver muchas veces el rostro del humano, pensara que hubiera sido éste en algún otro momento de su vida, es decir, un axolotl que se cree humano. Algunos elementos que llamaron nuestra atención es el hecho de que el axolt sea una larva que signifique máscara, pero pese a que en diferentes ocasiones menciona el autor que son inexpresivos, también insiste mucho en hablar de sus ojos que soportan el dolor y la soledad de vivir dentro de un acuario. Nos preguntamos sino a veces las personas nos comportamos como un axolt cuando nos ponemos una máscara y ocultamos a los demás lo que realmente somos, si nos aislamos y sólo a través de los ojos, ventanas de nuestro interior, nos atrevemos a expresar lo que sentimos…al final dice el ajolote “Y en esta soledad final, a la que él ya no vuelve, me consuela pensar que acaso va a escribir sobre nosotros, creyendo imaginar un cuento va a escribir todo esto sobre los axotl”, es decir el humano ya se liberó del axotl, pero éste ¿se liberará algún día del humano?