LA DICTADURA DEL INGLÉS
Desde hace un tiempo me estoy sintiendo acosada por un inglés. No es un inglés cualquiera, allá donde voy me lo encuentro. Es omnipresente. Parece un Dios. De hecho si no te haces amiga de su mandato estás apartado de muchas zonas, tienes que estar junto a Él allá donde vayas, como si no hubiera otros dioses. Es más, este inglés tiene varios grados: como mínimo debes saber de Él para que te abran las puertas en otros lugares y, por otro lado, tiene mucho dinero. Se está haciendo de oro porque este Dios está haciendo que dependamos de Él. Es interesante su estrategia porque está colonizando todo, calles, casas, trabajos, instituciones, países… es un gran emporio que da a entender que si no le seguimos, no somos nada. Y aunque este Dios venga de otro país, da igual… se adapta tan bien que absorbe las mentes de la mayoría de los individuos como si no hubieran dioses en otros países: el Dios francés, el alemán, el chino, el árabe… pero como cualquier dictadura, impone un solo Dios. Sin ir más lejos, el otro día estuve en un lugar para pedir trabajo porque desde la crisis estoy bastante inestable y lo primero que me preguntaron en mi país, con otro Dios es: “¿Sigues al Dios inglés?” y yo con cara de imbécil me dije: “No, no sigo al Dios inglés porque no me gusta pero sigo a otro…”… y me respondieron: “Oh, lo siento… pero requerimos al inglés”…¡Salí descompuesta!, con un curriculum que no esta nada mal… y con un Dios que no es el mío en mi propio país puesto que hay otra deidad. Fui a otros lugares, esta vez a un restaurante, a un hotel, a un centro concertado…¡Dios mío qué horror, todo el mundo me hablaba del mismo Dios, qué pesadilla! ¡Parecía una secta! Me sentía una estúpida, fuera de lugar en mi propio lugar y no quería seguir sus preceptos, ¿por qué?, si no me gusta. Y bueno, lo más impactante es el apóstol que tienen, uno de los más importantes… se llama: bilingüismo. Es increíble. Porque si “bi” significa dos, por qué tiene que ser el mismo apóstol… con todos los que hay. Conozco a varios que podrían ser uno de ellos, ese tan bilingüismo… en fin, me voy a volver loca. Aún así, no sé qué hacer porque la mayoría de mis conocidos siguen esta seudoreligión o moda aunque piensen algunos como yo pero como es una corriente que arrastra, así va todo.¿Debo tirarme al río o no desesperar y seguir a otro Dios?… no lo sé… es un dilema que me tiene en una incertidumbre constante porque me gusta otro, quizás deba seguir por mi camino pase lo que pase. Os intento decir que no comparto esta manera tan sutil de introducir un idioma como si nos viniera la vida en ello, y si no lo sabes eres un cateto cuando no es así, y si eliges no seguirlo es que no me entero, o si eliges otro idioma es una pérdida de tiempo salvo el Chino Mandarín. Me parece que esto no es bilinguismo si no una dictadura idomática que da mucho dinero y el marketing es: si no lo sabes, te quedas atrás, si no lo sabes eres un idiota; si no lo sabes no tendrás trabajo… etc. Considero que es una abuso mercantil, didáctico, una manera de manipular y crear una sociedad donde se deja llevar porque es la moda, hasta que dentro de unos cuantos años un empresario brillante le dé la idea de que el Chino Mandarín debe ser el idioma en boga porque los chinos son muchos y empiezan a saltar cada vez más en el mundo empresarial aunque hasta el chino está embebido en la dictadura del inglés.
María del Mar G. Doménech