“El retrato de Dorian Gray: Hedonismo”
Carolina Rodríguez Martínez
Oscar Wilde, autor de esta obra, fue un gran poeta, dramaturgo, periodista y cuentista. Wilde era un representante del esteticismo y la decadencia, y esto se puede apreciar claramente en varias de sus obras, como por ejemplo El retrato de Dorian Gray.Éste es, sin duda, una obra que se centra en la belleza y la juventud, y de lo tan importante que son para la vida humana. Es decir, esta historia se centra en el hedonismo. Hedonismo. El hedonismo se puede definir como una teoría ética que establece la satisfacción como fin de la vida humana. Y, ¿qué tiene que ver el hedonismo con El retrato de Dorian Gray? Muy simple: todo. Esta obra incluso propone un nuevo hedonismo. Uno de los principales mensajes expuestos en este libro es, como lo dijo Lord Henry, “...la juventud es lo único que vale la pena tener.” (Wilde O. El retrato de Dorian Gray). En este texto se profundizará específicamente en este tema: el hedonismo. Esta obra nos habla de la historia de Dorian, un hombre muy bello. El cual, es influenciado por su amigo, Lord Henry, para convencerse a sí mismo de la belleza que poseía, al igual que ésta era lo único que importaba en verdad. Después de haberse convencido completamente de lo anterior, Dorian deseará conservar para siempre su juventud y belleza. Sin embargo, esto no es tan bueno como se imaginan. Dorian, conforme pasan los años, no envejecerá ni desaparecerá su belleza, en vez de eso, su retrato, pintado por su amigo Basil, recibirá todos esos años. En otras palabras, el retrato de Dorian envejecerá por él, mostrará el daño de sus acciones conforme avanza el tiempo. El hedonismo en esta obra está presente más y más, conforme te vas adentrando en la historia. Dorian, convencido de que su belleza era lo más que importaba, no pensaba congruentemente de las consecuencias de las acciones que realiza. Es por eso que, como lo describe Wilde en su obra, “Cada uno de nosotros tenemos en nosotros mismos un cielo y un infierno” (Wilde O. El retrato de Dorian Gray). En el caso de Dorian, su cielo era su propia hermosura, belleza y juventud, mientras que su infierno eran simplemente sus acciones. Acorde a la historia, las acciones de Dorian se convierten en simple hipocresía. Ya no le importaba nada. No le importaba lo que hacía. No le importaba si lo que hacía dañaba a las demás personas a su alrededor o no. No le importaba nada. Lo único que le importaba era, por supuesto, su eterna juventud. Después de pasar años y años de esa manera sencillamente se hartó, se cansó. Ya no pudo más con su “perfecta vida”. Como lo dice el libro, “Era la belleza lo que le había destrozado, la belleza y la juventud que había rogado conservar. De no haber sido por estas dos cosas, su vida podría haberse visto libre de manchas. Su belleza no había sido más que una máscara, su juventud una mera farsa.¿Qué es la juventud en el mejor de los casos? Una época verde e inmadura, una época de humores absurdos y pensamientos enfermizos.” (Wilde O. El retrato de Dorian Gray). La belleza lo destrozó. La eterna juventud es algo que los humanos hemos anhelado desde tiempos inmemorables. Y, por buena o mala suerte, no lo hemos logrado, y probablemente, jamás lo lograremos. En esta obra, Oscar Wilde, nos lo describe como algo que, si lo llegamos a emprender de una manera que llegue a sus límites, de una manera extrema, lo que haremos hará que nuestra propia vanidad nos destruya, nos deshaga, nos despedace, nos rompa. Nos mate. Bibliografía: Wilde, Oscar (1890). El retrato de Dorian Gray. (2014. Ed). Cuauhtémoc, D.F.: Editores Mexicanos Unidos, S. A.