¿Y dónde empieza el aquí? 25 cuentos canadienses. Panorama de las letras canadienses tomo 1
Andrea Angulo Menassé
Ficha bibliográfica: Lucotti, Claudia (Comp.) (2002)
¿Dónde es aquí? 25 cuentos canadienses. Panorama de las letras canadienses tomo 1. Tierra Firme, Fondo de Cultura Económica, México. Si tuviéramos que pensar en un hilo que bordara lo semejante en los 25 cuentos canadienses que Lucotti compiló en ¿Dónde es aquí? nos meteríamos en dilemas. Un abanico tan diverso, rico, complejo: de paisajes, situaciones, problemas, disyuntivas, personajes e historias lo único que tienen en común es un territorio geográfico que se pregunta a partir del cuento breve ¿Qué somos aquí? Canadá es un país que comparte con el resto de América el pasado colonial y la lucha por consolidar una identidad, la que sea, aunque esté atravesada por el mestizaje, el avasallamiento de los pueblos originarios y una noción de nación que aparece tardíamente.¿Qué implica haber nacido en Canadá? es un meta-tema que podría responderse de muchas maneras después de leer los relatos que fueron puestos para que entendamos ¿dónde es ahí? Me quedo con dos respuestas posibles que como todas, habla más de mi, que de “ahí”. Los pueblos indios y las mujeres. En Los colimbos (de Margret Laurence) la narradora se siente cada vez más curiosa por conocer a esta chica rara que hablaba patois y vive en choza pues representa la otredad cultural y de clase. Sin ningún éxito, asume que por ser india, o casi, tendría una conexión especial con la naturaleza. Queda plasmada tan bien la dosis de ingenuidad y idealización naïve de algunas familias no indias que quieren acercarse desde la buena voluntad ignorando que lo que más quieren los sobrevivientes aborígenes del país es distanciarse de ese pasado que les ha subyugado en nombre de la civilización y en cambio, ser vistas como uno mas, casarse con un inglés , comerciante, alto de pelo rubio y ondulado y así salir para siempre del mundo originario, destinados a las reservaciones, pero objeto de chiste por personajes como Peggy (El rio Hombre Largo) que considera que hacer mofa del exterminio y la concentración en campos especiales puede generar buen humor. Muchas son las profundidades del océano canadiense sin embargo, otra característica que parece se comparte con América Latina en Canadá es el lugar de la mujer en las relaciones sociales y su función en la familia: desde la mujer que encerrada en su casa en el desierto suplica a su marido que por la salud del bebé y de la familia entera cambien de vida, ya que en el campo se ha terminado la tierra, pero que no puede o no logra hacerlo por su cuenta (La lámpara de mediodía, Sinclair Ross), hasta la mujer judía que habiéndose casado con un hombre negro recibe insultos de perra y mugrosa de parte de sus vecinas por el solo hecho de atreverse a priorizar el enamoramiento por sobre las “castas” (Boda en Toronto, Austin Clarke). Allá, como acá, parece entonces ser un espacio social donde se ha naturalizado el hecho de que la mujer sea la responsable de alzar los calcetines, camisas, ropa interior del suelo donde el marido la tira aunque el cesto de la ropa sucia esté a unos pasos, o ser llevada como rehén a un viaje en contra de su voluntad cuando lo único que ella sueña es en huir a un escondite en forma de cama para una persona y no ser hallada nunca (Sueños: tormentas: perros). Tal vez porque diez y seis de los veniti cinco autores son mujeres, la compiladora eligió coronar esta ensalada canadiense con la metáfora de la mujer- muñeca de trapo. Imagen, por otro lado, nada ajena a nuestras sociedades caracterizadas por la violencia en la que los del derredor miran hacia otro lado, viendo por encima de ellas, alrededor de ellas y sobre todo simplemente a través de ellas, como si fueran un fantasma que ensucia su espacio (…) Bibliografía Un poco de historia de Canadá. Disponible en: http://canadaenlasamericas.com/un-poco-de-historia-de-canada/ consultado el 1 de diciembre 2016.
