Con las carnes abiertas, Carmen Vargas Antúnez
Después del éxito obtenido con su primera novela, Sin billete de vuelta de Bohodón Ediciones, la autora Carmen Vargas vuelve con un nuevo libro publicado con Ediciones Ábrego, esta vez un poemario, donde pretende demostrar sus insatisfacciones, tanto a nivel personal como social. En "Con las carnes abiertas", viene a desnudarse hasta los huesos para mostrar la impotencia y a la vez la rebeldía humana ante una sociedad amorfa, en la que parece sobrevivir solo aquel que juega sus cartas marcadas por la trampa. Aunque Carmen no utiliza el dedo acusador en ningún momento, sí destapa a sus piratas de una forma audaz, sin que estos sientan que en el fondo ya fueron señalados por los ojos ciegos de la justicia, aunque no solo de esto nos quiere hablar; esta vez también viene a desvelarnos su visión de la vida y la muerte, del tiempo y el espacio, en el que a veces creemos vivir sin darnos cuenta de que todo puede llegar a ser una farándula inventada por nosotros mismos para poder sobrevivir: (…) Un sentimiento de deuda nos lleva a agradecer cada día, el frío y lo contrario de las estaciones, las esquinas que delimitan las calles donde esperamos la salvación por encima de cualquier herida."Con las carnes abiertas" nos estrella contra la realidad, esa que a veces no queremos ver ni sentir por no abrir nuevas llagas, las mismas por las que Carmen Vargas se rasga la piel con la certeza de encontrar un nuevo horizonte o un nuevo Sur donde el dolor no sea más que una pantomima, donde la esperanza de un mundo mejor renazca cada día con brotes nuevos. (…) Entonces, sin atragantarte, vuelves a coger aire y llenas tus pulmones de planes de futuro. En voz de la autora: “El poemario puede parecer oscuro, cruel, desgarrador a veces, pero en ningún momento he pretendido que sus versos sean un lamento más, perdido en el victimismo del ser humano. A lo largo de sus páginas puede que estén presentes todos estos elementos, pero he intentado que al final haya una salida positiva y esperanzadora” (…) Cuando sientas que tu amor propio se consumió hasta quedarse en los huesos, acuérdate del día en que un poema te salvó la vida.
CREATURASLITERARIAS Joaquín González Málaga