ANTE LAS MENTIRAS DEL ORÁCULO
[Breve mensaje para reflexionar sobre la Literatura hispanoamericana de hoy]
POR: Erenesto R. del Valle. Cuba-EUA
¿Cuántas corrientes o estilos poéticos existen hoy en el panorama literario? ¿Qué autor contemporáneo es capaz, de influir en nuestras obras o, acaso te has preguntado si eres capaz de influir en otros? ¿Los lectores aceptan tu obra por su calidad o tan solo por quedar a bien? ¿Dónde están los críticos literarios encargados y preparados para el análisis de lo que se publica? Estas son algunas de las preguntas que flotan por los predios blogueros y de facebook, pero que no hacen <<pie en tierra>>para una discusión seria, digestiva y necesaria. Algo es real en esta actual etapa en que muchos y muchas colegas se autodenominan escritores. Se escribe mucha bazofia indigestante, se bebe de aguas que ya han movido molinos, se transitan caminos ya trillados sin aportar nada nuevo al ámbito universal literario. Algunos autores van descollando. Hombres y mujeres que toman con seriedad a la dama de la poesía y hacen suyos el imago del verso. Aportan con su voz, muchas veces inéditas, nuevas lecturas que nos hacen reflexionar sobre los elementos sintácticos y metafóricos de generaciones pasadas. Contenidos de una riqueza actual y encomiable, pero vertidos en estructuras libres, rimadas, mixtas, como homenaje a los mayores que les han antecedidos. Otros, vienen creado nuevas estructuras neoclásicas[1] volcando su talento en aras de nuevas formas de hacer. La Poesía de hoy, la que se publica en los medios cibernéticos, blogs, revistas, etc. van marcando el paso de los días, la violencia doméstica, la paz entre las personas y los pueblos, el acercamiento a la vida del planeta, las angustias seculares del amor, la muerte, la paz interior que como individuos debemos sentir sin el desasosiego y la inconformidad. El poeta sigue siendo el hilo transmisor entre la realidad y el hombre por medio de la palabra, pero… con la condicionante de ser él mismo quien transmite y recibe. Sus reflexiones personales, sus angustias, alegrías y el concepto de humanidad los vuelca hacia ‘ese otro’ que es él, dándole valor de universalidad. No de otra forma se cataliza el arte literario de hoy. No de otra forma el hombre y la mujer deben ver la Poesía del siglo XXI. Si nuestros abuelos en el s. XIX y nuestros padres en el s. XX, abrieron nuevas brechas para que nosotros transitáramos a través de las hojarascas, debemos empeñarnos en ir dilucidando cuestiones tan importantes como la vida en el Planeta, para que nuestros nietos encausen su belleza interior a través de nuestras palabras. No es un problema generacional, es más bien una cuestión de ética ante la cual la Poesía de hoy debe enfrentarse de manera inteligente, tratada coin el respeto que se merece y con el talento que no debe faltar en este proyecto. Para finalizar, hago una inflexión hacia el principio de este mensaje donde establezco la carencia de identidad en formas y estilos en la Poesía actual. La no influencia de esas formas y estilos. La aceptación de los lectores, a veces sin un comentario, de las lecturas realizadas en los medios cibernéticos. La total ausencia de críticos de la Literatura sobre las obras que se exponen. Seguiremos leyendo bazofias en estos medios, muchas con una falta de ortografía garrafal ni para qué hablar de la sintaxis abigarrada, muchas veces inconexas entre una línea de pensamiento y su sentido lógico. La crisis ética en la que ha entrado la Sociedad Humana, debe ser indicada y valorada por el poeta de hoy de manera universal. La corriente estilística y de contenido debe ser una respuesta elocuente a la realidad imperante. No son sugerencias personales dictadas desde un atrio. Son necesidades que se está haciendo ya ancianas en la poesía de la generación de los 80. Una nueva voz colectiva debe surgir en este colapso de civilidad, angustia, violencia, drogas, intranquilidad y desasosiego en que nos enrumba la globalización Una nueva voz debe hacerse patente para enfrentar este estallido de mentes monetizadas, educadas para el consumo, y la individualidad. Sólo trabajando con respeto y modestia nuestra poesía, capacitar en lo posible a los y las colegas que sienten la poesía como inquietud formal, podemos ir abriendo una brecha a la luz bloqueada por toda esta bruma. La Reflexión recoge el hecho poético como elemento primordial en las relaciones del hombre con la belleza interior del individuo. El creador no piensa en la inmortalidad a la hora de crear, pero nuestros abuelos Bequer, Garcilaso de la Vega, Lord Byron, Giacomo Rossi; nuestros padres, César Vallejo, Neruda, Buesa, Storni, Borrero, Mistral, conocían del influjo de su obra en los poetas aprendices. Eso no sucede hoy. Muchos aún no han cortado el ombligo de esas influencias que, de paso, sabemos son bastante fuertes. Pienso que no se trata de gustos. El gusto va paralelo a las ideas del autor, a su modo de decir, etc. El influjo va dado en la almendra del mensaje que te ha dejado la lectura de ese autor. La universalidad y el humanismo de la obra. Por ejemplo, Residencia en la Tierra, es un libro inmenso, profundo, sin embargo, Veinte poemas de amor... convence. Desde "Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos" [Poema 1] pasando por: "Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas" [Poema 10], hasta «Puedo escribir los versos más tristes esta noche» [Poema 20] Neruda sabe llegar al alma del lector y es el libro que más ha influido en toda época a autores de todos los tiempos Hay autores que reniegan de la sugerencia que ayuda, del consejo que hace crecer y siguen esparciendo por doquier el verso maltrecho, la palabra mal escrita, el bródigo que indigesta el intelecto. Escribir seriamente, poniendo oídos a toda su realidad, es lo que convierte a alguien, necesariamente, en escritor. No nos dejemos iluminar ante las mentiras del oráculo.