Ismail Kadaré: La muñeca
Alianza, Madrid, 2016.
Mucho me temo que aquellos autores que, por razón de los momentos políticos dominantes o por circunstancias interesadas fueron asimilados, a través de su obra, a la actidud o la definición política (‘El general del ejército muerto’, ‘La cólera de Aquiles’, ‘Tres cantos fúnebres por Kosovo’)) hayan luego de ser revisados en razón de que la literatura como tal, como arte y como ejercicio de perfecta ficción, va más allá de cualquier filiación más o menos elegida. Y uno de estos casos, creo, podría ser la obra de Kadaré –yo mismo, en un primer momento y a tenor de algunas de sus obras traducidas donde el autor especulaba con las características o la idea de poder y dominación por parte de algunos líderes- había tendido a asociarle a un discurso político, pero haciendo ahora una reconsideración a favor de su alusión reiterada a la memoria –sobre todo a la memoria familiar y a la condición que este tema tiene no solo de recurso literario, sino de pura identidad literaria y aún por su importancia en el estilo del autor-, cabe ubicarle, creo, más allá de su consideración de un escritor político para agrandar sus perfiles en favor de la pura literatura de ficción, más o menos realista incluso, y en ello a un sentido del humor no muy manifiesto pero sí como complemento necesario en alguna de sus historias o relatos. Algo que encontramos probado en algunas de estas páginas: “Pero era demasiado tarde para dar marcha atrás. O nos empeñábamos en continuar con lo mismo (¿Serás su concubina?) o agachábamos las orejas e íbamos derechitos hacia…hacia… cómo demonios llamarlo, hacia aquella palabra que te recordaba al Ayuntamiento (‘ayuntamiento’, ‘unión’) de Tirana, del que se hablaba que iban a derruir, o a la Unión Soviética, igualmente en vías de fractura, dicho de otra forma, hacia una especie de unión… pero no mediante el matrimonio que se esperaban ellos, de ninguna manera, sino mediante el otro, el que queríamos nosotros… Bien es verdad que no teníamos nada claro lo que queríamos. Un algo como, un matrimonio sui géneris, algo que era y no era así… En otras palabras, un así… El tema aludido -ya se puede decir, una vez más- en esta obra es de carácter memorialístico: un casamiento convenido entre dos familias rivales (un Kadaré y una Dobi), una suegra dominante. Sin embargo, cuando fallece su suegra, La muñeca (frágil, de cara pálida como la porcelana) intentará las tradiciones, las convenciones, sobre su propio hijo, pero irá descubriendo con tristeza que su mundo está desapareciendo. Más, entiéndase, un texto bien sostenido en el tono, ágil en la descripción tanto de situaciones como de caracteres. Una lectura amable, de calidad y que por ello da buena cuenta de la estimable categoría de Kadaré como autor actual. Desde luego, a tomar en consideración, a seguir también como uno de los escasos representantes actuales de la literatura albanesa junto con el todavía no bien conocido Fatos Kongoli
Ricardo Martínez