EL POEMA, CASI NADA, QUE PAUL BOWLES ESCRIBIÓ EN 1975, Y QUE DEDICÓ A SU MUJER, JANE BOWLES, FALLECIDA EN MÁLAGA EL 4 DE MAYO DE 1973
Al principio había barro, y el sonido de la respiración, Y nadie sabía dónde estábamos. Cuando lo averiguamos, era demasiado tarde. Nada puede ocurrir ya salvo como ha de ocurrir. Y además, estaba solo y no importaba. Sólo porque entonces nada podía importar. *** Creíamos que había otros caminos. La oscuridad quedaba fuera. Nosotros no somos eso, decíamos. No está en nosotros (…) *** Hubo un tiempo en que la vida era más alegre. Bebíamos aún el agua del lago, El cubo salía fresco y fragante con el olor a agua profunda. La canción se oía en todas partes aquel año, un absurdo estribillo: Parece tanto tiempo, y no lo es. Parecen tantos años, y tal vez sea uno. Cuando los árboles estaban allí me preocupaba que estuvieran allí, y ahora han desaparecido. Para salir tomamos la senda que rodea el pantano. Cuando emprendimos el viaje de regreso la marea había subido. Había otro camino pero quedaba muy arriba y era difícil llegar. Así que esperamos aquí, y todo sigue igual. *** Había muchas cosas que quería decirte antes de que te fueras, y ya nunca te las diré. Aunque el sol inunda la terraza formando las mismas sombras en los mismos sitios, sólo lo veo yo, sólo yo oigo el viento y es demasiado fuerte. El mundo hierve de palabras. Perdóname… Poema, Casi nada, de Paul Bowles.
Ángel Silvelo Gabriel