Andrés Neuman: Caso de duda
Cuadernos del Vigía, Granada, 2016.
A veces tal vez cabría recordar que las palabras tienen su aquel de mercuriales. Huyen, juegan, eluden, se escapan por los derroteros más inesperados sin que se las pueda dominar, sin que se fácil obtener de ellas el resultado deseado. Algo que sería más propio de obtener si se tiene, en todo o en parte, la condición de mago. Y Neuman me temo que atesora -¿tal vez por su origen americano, de donde se hacen derivar magníficos ejemplos del realismo mágico?, ¿tal vez por condición propia, y, eso sí, amante de las palabras?- parte de tal cualidad. Lo cierto es que, ya desde hace tiempo (en su narrativa, en sus versos, en sus abecedarios en clave aforística y otros ejemplos de esta misma materia) vengo observando el disfrute que supone leerlo pues encierra ritmo, sustancia, y, como añadido especial, una elogiosa tendencia al sentido del humor, lo que no empece su invitación, asimismo, a la necesaria reflexión. Pues bien, este libro –muy cuidadosamente editado por los ‘Cuadernos del vigía’- viene a dar fe de cuanto queda dicho, y si no vayamos a algunos ejemplos que bien podrían servir de invitación a continuar leyendo una vez iniciada la provechosa labor: “La eternidad encoge” (solo los mentirosos consigo mismos – la peor especie- lo ignorarían) “Se sale por deseo y se llega por error”, lo que nos retrotrae al buen Perec, sin ir más lejos.¿Y quién podría dignarse ignorar que “la fantasía es una llave de doble filo?” No se trata de que la llave abra, sino a dónde nos conduce. En fin, fantasía en sí, literatura bien cocinada, mensaje preciso para solitarios sin destino (casi todos, aunque no sean solitarios). Una lectura, ‘sin duda’, propia a los tiempos, a las circunstancias, a lo propio de la exigente realidad que nos acoge
Ricardo Martínez