El lenguaje al servicio del villano en ``Ricardo III´´, de W. Shakespeare
Mayra Valije
El presente estudio analizará el dominio del lenguaje de Ricardo III como móvil que expresa su crueldad y ambición. Este personaje es uno de los más grandes villanos creados por el gran dramaturgo isabelino, quien estructura toda la obra en torno a esta figura, centro vital y activo del que dependerá toda la acción.
Ricardo, duque de Gloucester, se encuentra dotado de una compleja psicología que da a conocer a través del discurso, medio que revela el entramado de sus actos inescrupulosos. Desde el comienzo de la trama, se expone su relación con el lenguaje y cómo expresa su conciencia oscura a través de él.
La acción de este drama histórico comienza en el punto en que termina la saga Enrique VI. William Shakespeare toma sustancia de fuentes determinadas, como la visión que presentóTomás Moro de este monarca en su Historia del rey Ricardo III, y se basa en la Guerra de las dos rosas, la larga y sangrienta lucha por el poder entre la casa Lancaster y la casa York, dos ramas de una misma familia con una compleja trama de matrimonios por interés, fratricidios y aspiraciones políticas.
En el caso de la obra ficcional, Shakespeare plantea meditaciones sobre la legitimidad de los reyes al heredar el trono por derecho natural y la perversión que supone la usurpación del poder por la fuerza. El autor transforma los valores de su época, al mismo tiempo que crea nuevas vías de comprensión e interpretación de la historia de Inglaterra.
``Ricardo III´´ es una de sus producciones históricas más ambiciosas y uno de los dramas más espectaculares y crueles. El número de nobles que se asesinan en el correr de sus cinco actos es proporcional al de los herederos a la corona que se interponen entre Ricardo y su codicia sin freno. La búsqueda del poder se convierte en un camino siniestro plagado de traiciones y asesinatos, donde el duque de Gloucester es el agente de todas las muertes. No duda en sacar del camino a sus competidores y, aun siendo consciente de sus crímenes, se empeña en multiplicarlos.
El lenguaje, expresión de su maldad
La acción inicia con el célebre monólogo de Ricardo, cuyas primeras palabras anticipan su ironía macabra.El soliloquio es un discurso corto e ininterrumpido que actúa como medio directo para la auto-revelación, que permite descubrir sus deseos macabros, expresados mediante su conciencia: ´´Pues entonces me casaré/con la hija menor de Warwick/¿Qué importa que yo haya matado/A su esposo y a su padre?´´(SHAKESPEARE, Acto I, Escena I, p.43)
La crueldad, la muerte, el enfoque del tiempo y la necesidad de rapidez en la obra son recursos que permiten captar la atención de la audiencia, pero es el lenguaje el más importante que utiliza el autor para atraer al público. Por medio de este, se muestra a Ricardo como un hipócrita que juega con las personas para engañar y conseguir, sin importar los medios, sus propósitos. Experimenta un placer perverso en obrar mal, seducir, asesinar y mentir. No tiene ningún tipo de miramiento y es retratado como un asesino vil, ambicioso y corrupto.
La mentalidad del protagonista es oscura y siniestra como su lenguaje; mas las ideas que determinan su habla y su conducta varían, ya que frente a otros personajes es una persona, pero en su estado de aislamiento se vuelve un monstruo con intereses inescrupulosos, lo que produce tensión y distanciamiento. Los apartes del duque de Gloucester dejan adivinar su carácter deforme y posibilitan penetrar en su psicología y en su búsqueda de poder: ´´ Tramas he urdido, principios peligrosos,/Por medio de ebrias profecías, calumnias y sueños,/Para poner a mi hermano Clarence y al rey/en mortal hostilidad el uno contra el otro´´(SHAKESPEARE, I, I, p.36)
Sin embargo, el villano posee una virtud: tiene un manejo excelente de la dialéctica, por lo tanto, su poder está unido estrechamente a la palabra. Ricardo es el maestro del lenguaje persuasivo y por medio del discurso, manipula a los otros que, engañados, caen en su trampa, dado que resulta difícil resistirse a su maquiavélico encanto y elocuencia.
Su maldad se expresa en sus diatribas y la palabra todo el tiempo muestra su doble juego: a la vista está su perversidad, aunque pretenda demostrar lo contrario. No caben dudas de que su oratoria convincente le aseguró llegar al poder. Goza de una superioridad cognitiva y lingüística que lo hace una figura vital. El lenguaje que emplea para darle voz al villano es realista, auténtico y natural, pero expresado de una manera que deja en evidencia la corrupción. Asimismo, tiene atisbos artificiosos como todo lenguaje poético, particularmente, del género dramático. De esta forma, se puede observar en la obra el gran impulso lírico del poeta y la altura que su creación alcanza.
El estilo del lenguaje presenta énfasis, ritmo y una enorme potencia comunicativa. Al rigor de las ideas contenidas en la obra, se unen exclamaciones y expresiones que proclaman un exaltado reconocimiento del mundo terrenal y del poder, por medio de analogías, símbolos, sonidos, palabras bien seleccionadas. Todos ellos son de una unidad de estilo perfecta y poseen un equilibrio admirable en la distribución de los pensamientos, de los matices de expresión y de la fuerza sugestiva.El gran dramaturgo elabora un habla natural y artificioso, y allí reside su genialidad.
Ricardo es un personaje muy rico, que más allá de su degradación, tiene un don absoluto de la palabra, tanto en los parlamentos que usa para convencer a sus adversarios, como en la reflexión en soledad o en la arenga a sus tropas.
No obstante, el protagonista no posee interioridad durante la obra, y cuando el autor intenta infundirle una intimidad angustiada en la víspera de su batalla final y fatal, el resultado es un pathospoético y dramático que deriva en catástrofe. En el campo de batalla, Ricardo III queda aislado, sin voz, sin caballo, atrapado y despojado de todo poder. Es muy significativo que se le quite el habla, puesto que de esta forma el villano termina por convertirse en un ser vacío al que se le niega identidad y humanidad.
En el campo de Bosworth, en su última batalla, es despojado del lenguaje que tanto le sirvió para alcanzar el poder. El duelo y su posterior muerte, que obedece a la ironía dramática, se desarrolla sin palabras. En el fragor del combate, Ricardo pronuncia la famosa frase: “¡Mi reino por un caballo!, ya que el suyo cae muerto y debe combatir a pie y cuerpo a cuerpo contra Richmond. Este último lo mata y se coloca su corona, para convertirse en Enrique VII y prometer la unión la rosa blanca de la Casa York y la roja de Lancaster en el nuevo escudo de la Casa Real de la dinastía Tudor.
Conclusión
No se conoce hasta qué punto, en el deseo de Shakespeare de representar la perfidia y ambición del protagonista, respeta al personaje histórico de Ricardo o si, simplemente, lo transforma en materia poética Lo que sí se interpreta es la excelente utilización del lenguaje para la representación de la maldad.
La conducción de las palabras es el encanto del vil monarca, quien demuestra la supremacía que ejerce sobre los otros personajes de este drama, con una mezcla de encanto y de terror. A su vez, al seducir al público, permite la identificación en sus ansias de poder hasta que se lo condena, como también lo hizo el autor en la obra.
Shakespeare crea una figura completa y perversa para hacerla involucionar hasta su propia destrucción.De esta manera, se arriba a la certeza de que el arma más letal de Ricardo es el lenguaje y su poder estáíntimamente ligado a la retórica, gracias a ella conquista, accede a sus objetivos y alcanza el trono, pero también signa su caída: la ausencia de palabras es su trágico fin.
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