“La casa sola”
Novela.
Camilo Ortiz.
Mago Editores. (152, Págs.)
Santiago, Chile.
Es importante reseñar obras de autores, autoras, que no se difunden en Chile, pues no tienen representación en el tramado de la literatura, por motivos adversos. Esta obra, llama la atención por su particular factura. Comienza con un narrador, que dice: “Dudo que mucha gente se pregunte por su primer recuerdo”. De inmediato el lector queda sumergido en el tiempo, uno difuso; en este caso como el mismo narrador lo describe. Lo particular es la manera en que se construye , en primera persona invocando, o evocando; lo que fue el recuerdo. Motivo y tema del libro. Lo que resulta sumamente hipnótico, es la forma de invocación de este pasado, a través de los objetos. El narrador observa desde el presente, este escenario primero, resulta en consecuencia, el traer al lector su propio rasgo de nostalgia evocado, sin jamás caer en autorreferencias. Es esto, una atribución una metonimia, pues toca, el comienzo de todos los comienzos. Al tiempo y la eternidad, donde la novela se sumerge en su casi privada, búsqueda de una intimidad, a su resguardo. Retira de todo relato, lo social, donde la infancia termina en lo que ya no está. El autor esta a su cuidado.
Llama la atención, que el mismo autor es casi por decir, el protagonista de su obra. Como si hiciera un autotexto a si mismo, como si el autor escribiera a si mismo una misiva. El relato es claro, pero a la vez sufre de profundas fracturas, por el trabajo del tiempo. Es aquí cuando el narrador, vuelve a ver la casa donde nace. Este tema mítico, un clásico de todos los paradigmas literarios. El narrador se transforma en omnisciente, se mimetiza con la metamorfosis temporal del pasado, entonces ve su casa. La vuelve a ver.
“Las baldosas son las mismas, aunque los cuadrados están desteñidos son un vestigio de la geometría.”
Mas adelante, se confronta a un matiz confidencial con el tiempo, convertido todo en vestigio. Todo el pasado, se quedará en esa casa. La figura de los padres aparecen como dos seres presentes, habitando la casa. La figura de la madre, y de un padre lejano aún viviendo allí. Es esto una construcción de la historia de un pasado, en un espacio interior. Una casa, el lugar de la infancia que se pierde , muchos autores podrá haberles resultado difícil, reconstruir esta evocación, en un tiempo que termina definitivamente. El tiempo y la eternidad, en imágenes en vestigios, impulsados a ser una nostalgia extraña, de lugar a lugar. Como si el mismo autor fuese ajeno a su casa, como si el niño que fuimos ; nunca hubiese habitado su propia casa.
Se diría que esa es la calidad excepcional de esta obra.
“La Casa Sola”, de Camilo Ortiz.
La nueva literatura chilena independiente.
María Isabel Amor.
Universidad de Paris.
Abril. 2015