LIBROS (III): La verdad sobre “La verdad del caso Harry Quebert”, de Jöel Dicker
“Un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar”. Harry Quebert. “La verdad sobre el caso Harry Quebert”. Hacía semanas que deseaba comprar un ejemplar de este libro, tras leer la página entera que el diario El País dedicó a su autor, el escritor suizo de 28 años de edad, Joël Dicker, el pasado 19 de Junio (http://cultura.elpais.com/cultura/2013/06/19/actualidad/1371638967_342627.html), donde se decía, entre otros elogios, que su autor ha sido “aplaudido por la crítica literaria francesa, con pocas excepciones (el diario Le Monde); ganador del premio de novela de la Academia Francesa; del que otorga la prestigiosa revista Lire, y a un voto de llevarse el Goncourt, Dicker ha conquistado a los jóvenes, que eligieron su libro como el preferido entre los diez finalistas del Goncourt el año pasado. Desde entonces ha experimentado el asedio de los editores europeos, que han visto en su novela La verdad sobre el caso Harry Quebert una convincente sucesora de Millenium (…)”. Hace dos semanas, en la sección de libros de Carrefour Planet, vi que quedaba un ejemplar de esta novela, al precio de 22 euros. Lo compré, pensando que sin duda debía tratarse de una excelente novela, pues las críticas publicadas no indicaban, para nada, lo contrario. La he leído en una semana. Acabo de terminar sus largas 664 páginas hoy y me he decidido a escribir este comentario crítico acerca de ella. Al tener el libro entre las manos, lo primero que llama la atención es lo que los editores denominan la “faja” del libro (tira de papel que rodea el libro y que sirve de reclamo, por ejemplo, indicando el número de ejemplares vendidos, la edición del libro, etc.) y que suelen llevarla sólo los libros de gran éxito editorial. “La verdad sobre el caso Harry Quebert” viene con una “faja” de color amarillo anaranjado, donde en letra negrita se nos advierte de lo siguiente: 2ª EDICIÓN EN UNA SEMANA El MAYOR FENÓMENO EDITORIAL DE LOS ÚLTIMOS AÑOS: un joven suizo de 27 años con un thriller monumental. Literariamente adictivo. Número 1 de ventas en Francia. * Más de 750.000 ejemplares vendidos. * Derechos de traducción vendidos a 33 idiomas. * Premio Goncourt des Lycéens, Gran Premio de Novela de la Academia Francesa y Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa. En las solapas del libro nos encontramos con más críticas acerca de esta obra, todas ellas más que elogiosas: La crítica ha dicho: «El furor despertado por el jovencísimo Dicker y su magistral novela es un furor real, porque estamos ante el gran thriller que todo el mundo esperaba desde Millenium de Larsson, ante una voz napoleónica, que no escribe, boxea… Una novela que no es una novela, es una batalla. Como todo gran libro que se precie.» Laura Fernández, El Cultural de El Mundo «Llega el fenómeno Dicker... El sucesor de Stieg Larsson y E. L. James... Entretenimiento en vena... Un “vuelapáginas” que será la novela del verano... Terriblemente adictivo.» Antonio Lozano, La Vanguardia «Hay algo fantástico en la precisión cinematográfica con que el narrador, el joven Markus Goldman, transcribe lo que ocurrió hace 33 años… En La verdad sobre el caso Harry Quebert se cruzan como mínimo, cuatro novelas distintas y distintas verdades sucesivas… La novela de Joël Dicker pertenece a ese tipo de literatura que genera literatura, es decir, que invita a continuar inventando novelas. Su simplicidad, sencillez o facilidad es sólo aparente, y de eso se trata el caso Quebert: de la costumbre humana de simular, fingir y mentir.» Justo Navarro, Babelia (portada, «Fenómeno planetario») «Esta novela se aplaudirá y estudiará en los talleres de escritura. Un thriller modélico, con la solvencia de Larsson… Lea este libro.» Enrique de Hériz, El Periódico de Catalunya «Chapeau al joven suizo que escribió la primera novela ilustrada sin ilustraciones y la hizo totalmente interactiva. Y, además, funciona de una manera clásica, analógica, sólo con la memoria.» Sandro Veronesi, El Mundo «Nunca me habían recomendado tanto un libro... El magnetismo de la intriga es el elemento que prevalece... Un compendio de resonancias que pasan por las series Twin Peaks y El caso de la escalera, John Grisham, Psicosis y El exorcista, el New Hampshire de John Irving...» Sergi Pàmies, La Vanguardia «Un thriller magnífico que no puedes dejar de leer. Lleno de sorpresas narrativas y de grandes personajes. Un page turner con literatura. Creo que va a ser un gran éxito de ventas y que abre caminos.» Agustín Díaz Yanes «Es muy poco frecuente, pero cuando sucede es absolutamente excitante. Joven o viejo, lector exigente o fácil de contentar, mujer u hombre, leerá sin interrupción, hasta la última página, la novela de Joël Dicker. Saldrá de ella agotado y exultante por el chorro continuo de adrenalina literaria que el autor no ha cesado de inyectar en sus venas...» Marc Fumaroli (de la Academia Francesa), Le Figaro Littéraire «Si usted mete las narices en esta gran novela, está perdido: tendrá que seguir hasta el final. Se sentirá manipulado, desorientado, asombrado, irritado y apasionado por una historia con muchas sorpresas y falsas pistas. Y se dirá que sólo un americano puede ser capaz de escribir un thriller tan eficaz, tan aventurero, tan loco...» Bernard Pivot (de la Academia Goncourt), Le Journal du Dimanche «Todo el mundo hablaba del libro.Ésta es la primera frase de La verdad sobre el caso Harry Quebert: una profecía autocumplida, pues el libro de Joël Dicker ya se ha transformado en un fenómeno mundial.» Le Monde «¡Qué libro! Salimos K.O… El autor nos reserva un último golpe completamente inesperado y absolutamente genial… Una obra de ficción excepcional que se devora de un trago. Un libro inmenso.» Die Warte «Los grandes críticos franceses han alabado esta novela río, escrita por un extranjero, que la gente lee con pasión en el metro y el autobús.» Il Corriere della Sera «El ruido en redes sociales acerca del “Millenium suizo” anticipa el próximo fenómeno global.» Publishing Perspectives «La sorpresa de la rentrée, el libro que no podemos soltar después de horas de lectura cautivante... Recuerda a Philip Roth, a Jonathan Franzen o a Woody Allen.» Marie-Françoise Leclère, Le Point «Adictos a Dicker… Una maravilla de trama, con giros, asesinatos, falsos culpables y verdaderos destinos. Esta novela será su perdición... y su felicidad... Una vez comenzada, imposible soltarla.» Philippe Trétiack, Elle «El suizo Joël Dicker ha montado su libro como un mecanismo de relojería.¡Qué historia!... El relato está sembrado de los consejos de Quebert a Marcus Goldman sobre cómo escribir una buena novela. “Un buen libro, Marcus, es aquel que lamentamos haber terminado”. Totalmente cierto en lo que respecta a éste.» André Rollin, Le Canard Enchaîné Hacía tiempo que no veía impresas, en las solapas de una novela, críticas tan positivas acerca de ella. Realmente, la mercadotecnia alrededor de esta novela es impresionante, al igual que en otras obras literarias con el mismo tirón de ejemplares y similar historia de intriga y crímenes de fondo (“El Código Da Vinci”, de Dan Brown, o “Los hombres que no amaban a las mujeres” – primera parte de la trilogía literaria “Millennium”, del fallecido Stieg Larsson, por citar sólo unos ejemplos). Pero estamos ante una novela sobre la escritura, los escritores y sus frustaciones, donde se realiza una crítica feroz acerca del actual mundo editorial, un mundo de tiburones, bien reflejado a través del personaje del editor Roy Barnaski, director de una poderosa editorial de Nueva York. Sus más de seiscientas páginas, aparecen divididas en tres fases: “La enfermedad del escritor”- el síndrome de la página en blanco-; “la cura de los escritores” –vuelven las musas-, y “el paraíso de los escritores” –publicación del libro-. El protagonista es un joven escritor de treinta años de edad, Marcus Goldman, que tras convertirse en el escritor de más éxito de EE.UU., se ve afectado posteriormente de una repentina e inevitable “enfermedad del escritor”. Buscando ayuda y consejo en un antiguo profesor suyo, también escritor, Harry Quebert, se traslada al lugar donde reside éste, Aurora, un pueblecito de los EE.UU., donde resurgirá – treinta años después- un enigmático caso, la desaparición de una chica de 15 años, Nola Kellergan. Marcus Goldman escribirá un libro, “El caso Harry Quebert”, en defensa de su amigo, acusado del asesinato de Nola. Cada uno de los capítulos de esta novela, comienza con un consejo de Harry hacia Goldman, acerca del oficio de escribir y acerca de qué debe entenderse por un buen libro (“…un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar…”). Tras acabar la lectura de esta algo voluminosa novela, puedo decir que estamos ante una algo entretenida historia, con una trama bien pensada y pergeñada, todo ello hecho para que el lector, en ningún momento (sólo al final, casi a punto de terminar el libro) pueda adivinar la verdad de lo que ocurrió realmente con la desaparecida Nola. Pero sólo es eso, una historia algo entretenida y bien “cosida”, que produce el buscado efecto de dejar desconcertado al lector, al finalizar la lectura. En ningún caso estamos ante una “gran novela”, ni una maravillosa trama, ni muchísimo menos, una obra “monumental”. Este mismo efecto final provocado al lector se podía haber conseguido con muchas menos páginas, porque la verdad es que sobran más de la mitad de páginas. La lectura se hace cansina, cuando vas por menos de la mitad de la novela. Pero, sobre todo lo dicho antes, lo que convierte a esta novela es un best-seller más, del montón, es que estás deseando terminarla, porque su trama – en el fondo- no te dice nada, estamos ante un libro vacío, sin alma, con una trama de usar y tirar, un libro de consumo rápido, al gusto del tiránico mercado literario actual, donde apenas hay nada digno de subrayar, de guardar en nuestro recuerdo, para releer una y otra vez. Anoté, hace tiempo, en un cuaderno de frases célebres, lo que dijo un escritor francés, acerca de lo que, para él, consistía la lectura de un buen libro: es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta. Esto no se da cuando leemos “La verdad sobre el caso Harry Quebert”. Seguramente, porque su verdadero autor no es el señor Jöel Dicker, sino su editorial. A veces, olvidamos que los libros también llenan la cesta de la compra…”Si te dan un papel pautado, escribe por detrás”, dijo nuestro Premio Nobel de 1956, Juan Ramón Jiménez. Noelia Rodríguez Padilla.-
“Un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar”. Harry Quebert. “La verdad sobre el caso Harry Quebert”. Hacía semanas que deseaba comprar un ejemplar de este libro, tras leer la página entera que el diario El País dedicó a su autor, el escritor suizo de 28 años de edad, Joël Dicker, el pasado 19 de Junio (http://cultura.elpais.com/cultura/2013/06/19/actualidad/1371638967_342627.html), donde se decía, entre otros elogios, que su autor ha sido “aplaudido por la crítica literaria francesa, con pocas excepciones (el diario Le Monde); ganador del premio de novela de la Academia Francesa; del que otorga la prestigiosa revista Lire, y a un voto de llevarse el Goncourt, Dicker ha conquistado a los jóvenes, que eligieron su libro como el preferido entre los diez finalistas del Goncourt el año pasado. Desde entonces ha experimentado el asedio de los editores europeos, que han visto en su novela La verdad sobre el caso Harry Quebert una convincente sucesora de Millenium (…)”. Hace dos semanas, en la sección de libros de Carrefour Planet, vi que quedaba un ejemplar de esta novela, al precio de 22 euros. Lo compré, pensando que sin duda debía tratarse de una excelente novela, pues las críticas publicadas no indicaban, para nada, lo contrario. La he leído en una semana. Acabo de terminar sus largas 664 páginas hoy y me he decidido a escribir este comentario crítico acerca de ella. Al tener el libro entre las manos, lo primero que llama la atención es lo que los editores denominan la “faja” del libro (tira de papel que rodea el libro y que sirve de reclamo, por ejemplo, indicando el número de ejemplares vendidos, la edición del libro, etc.) y que suelen llevarla sólo los libros de gran éxito editorial. “La verdad sobre el caso Harry Quebert” viene con una “faja” de color amarillo anaranjado, donde en letra negrita se nos advierte de lo siguiente: 2ª EDICIÓN EN UNA SEMANA El MAYOR FENÓMENO EDITORIAL DE LOS ÚLTIMOS AÑOS: un joven suizo de 27 años con un thriller monumental. Literariamente adictivo. Número 1 de ventas en Francia. * Más de 750.000 ejemplares vendidos. * Derechos de traducción vendidos a 33 idiomas. * Premio Goncourt des Lycéens, Gran Premio de Novela de la Academia Francesa y Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa. En las solapas del libro nos encontramos con más críticas acerca de esta obra, todas ellas más que elogiosas: La crítica ha dicho: «El furor despertado por el jovencísimo Dicker y su magistral novela es un furor real, porque estamos ante el gran thriller que todo el mundo esperaba desde Millenium de Larsson, ante una voz napoleónica, que no escribe, boxea… Una novela que no es una novela, es una batalla. Como todo gran libro que se precie.» Laura Fernández, El Cultural de El Mundo «Llega el fenómeno Dicker... El sucesor de Stieg Larsson y E. L. James... Entretenimiento en vena... Un “vuelapáginas” que será la novela del verano... Terriblemente adictivo.» Antonio Lozano, La Vanguardia «Hay algo fantástico en la precisión cinematográfica con que el narrador, el joven Markus Goldman, transcribe lo que ocurrió hace 33 años… En La verdad sobre el caso Harry Quebert se cruzan como mínimo, cuatro novelas distintas y distintas verdades sucesivas… La novela de Joël Dicker pertenece a ese tipo de literatura que genera literatura, es decir, que invita a continuar inventando novelas. Su simplicidad, sencillez o facilidad es sólo aparente, y de eso se trata el caso Quebert: de la costumbre humana de simular, fingir y mentir.» Justo Navarro, Babelia (portada, «Fenómeno planetario») «Esta novela se aplaudirá y estudiará en los talleres de escritura. Un thriller modélico, con la solvencia de Larsson… Lea este libro.» Enrique de Hériz, El Periódico de Catalunya «Chapeau al joven suizo que escribió la primera novela ilustrada sin ilustraciones y la hizo totalmente interactiva. Y, además, funciona de una manera clásica, analógica, sólo con la memoria.» Sandro Veronesi, El Mundo «Nunca me habían recomendado tanto un libro... El magnetismo de la intriga es el elemento que prevalece... Un compendio de resonancias que pasan por las series Twin Peaks y El caso de la escalera, John Grisham, Psicosis y El exorcista, el New Hampshire de John Irving...» Sergi Pàmies, La Vanguardia «Un thriller magnífico que no puedes dejar de leer. Lleno de sorpresas narrativas y de grandes personajes. Un page turner con literatura. Creo que va a ser un gran éxito de ventas y que abre caminos.» Agustín Díaz Yanes «Es muy poco frecuente, pero cuando sucede es absolutamente excitante. Joven o viejo, lector exigente o fácil de contentar, mujer u hombre, leerá sin interrupción, hasta la última página, la novela de Joël Dicker. Saldrá de ella agotado y exultante por el chorro continuo de adrenalina literaria que el autor no ha cesado de inyectar en sus venas...» Marc Fumaroli (de la Academia Francesa), Le Figaro Littéraire «Si usted mete las narices en esta gran novela, está perdido: tendrá que seguir hasta el final. Se sentirá manipulado, desorientado, asombrado, irritado y apasionado por una historia con muchas sorpresas y falsas pistas. Y se dirá que sólo un americano puede ser capaz de escribir un thriller tan eficaz, tan aventurero, tan loco...» Bernard Pivot (de la Academia Goncourt), Le Journal du Dimanche «Todo el mundo hablaba del libro.Ésta es la primera frase de La verdad sobre el caso Harry Quebert: una profecía autocumplida, pues el libro de Joël Dicker ya se ha transformado en un fenómeno mundial.» Le Monde «¡Qué libro! Salimos K.O… El autor nos reserva un último golpe completamente inesperado y absolutamente genial… Una obra de ficción excepcional que se devora de un trago. Un libro inmenso.» Die Warte «Los grandes críticos franceses han alabado esta novela río, escrita por un extranjero, que la gente lee con pasión en el metro y el autobús.» Il Corriere della Sera «El ruido en redes sociales acerca del “Millenium suizo” anticipa el próximo fenómeno global.» Publishing Perspectives «La sorpresa de la rentrée, el libro que no podemos soltar después de horas de lectura cautivante... Recuerda a Philip Roth, a Jonathan Franzen o a Woody Allen.» Marie-Françoise Leclère, Le Point «Adictos a Dicker… Una maravilla de trama, con giros, asesinatos, falsos culpables y verdaderos destinos. Esta novela será su perdición... y su felicidad... Una vez comenzada, imposible soltarla.» Philippe Trétiack, Elle «El suizo Joël Dicker ha montado su libro como un mecanismo de relojería.¡Qué historia!... El relato está sembrado de los consejos de Quebert a Marcus Goldman sobre cómo escribir una buena novela. “Un buen libro, Marcus, es aquel que lamentamos haber terminado”. Totalmente cierto en lo que respecta a éste.» André Rollin, Le Canard Enchaîné Hacía tiempo que no veía impresas, en las solapas de una novela, críticas tan positivas acerca de ella. Realmente, la mercadotecnia alrededor de esta novela es impresionante, al igual que en otras obras literarias con el mismo tirón de ejemplares y similar historia de intriga y crímenes de fondo (“El Código Da Vinci”, de Dan Brown, o “Los hombres que no amaban a las mujeres” – primera parte de la trilogía literaria “Millennium”, del fallecido Stieg Larsson, por citar sólo unos ejemplos). Pero estamos ante una novela sobre la escritura, los escritores y sus frustaciones, donde se realiza una crítica feroz acerca del actual mundo editorial, un mundo de tiburones, bien reflejado a través del personaje del editor Roy Barnaski, director de una poderosa editorial de Nueva York. Sus más de seiscientas páginas, aparecen divididas en tres fases: “La enfermedad del escritor”- el síndrome de la página en blanco-; “la cura de los escritores” –vuelven las musas-, y “el paraíso de los escritores” –publicación del libro-. El protagonista es un joven escritor de treinta años de edad, Marcus Goldman, que tras convertirse en el escritor de más éxito de EE.UU., se ve afectado posteriormente de una repentina e inevitable “enfermedad del escritor”. Buscando ayuda y consejo en un antiguo profesor suyo, también escritor, Harry Quebert, se traslada al lugar donde reside éste, Aurora, un pueblecito de los EE.UU., donde resurgirá – treinta años después- un enigmático caso, la desaparición de una chica de 15 años, Nola Kellergan. Marcus Goldman escribirá un libro, “El caso Harry Quebert”, en defensa de su amigo, acusado del asesinato de Nola. Cada uno de los capítulos de esta novela, comienza con un consejo de Harry hacia Goldman, acerca del oficio de escribir y acerca de qué debe entenderse por un buen libro (“…un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar…”). Tras acabar la lectura de esta algo voluminosa novela, puedo decir que estamos ante una algo entretenida historia, con una trama bien pensada y pergeñada, todo ello hecho para que el lector, en ningún momento (sólo al final, casi a punto de terminar el libro) pueda adivinar la verdad de lo que ocurrió realmente con la desaparecida Nola. Pero sólo es eso, una historia algo entretenida y bien “cosida”, que produce el buscado efecto de dejar desconcertado al lector, al finalizar la lectura. En ningún caso estamos ante una “gran novela”, ni una maravillosa trama, ni muchísimo menos, una obra “monumental”. Este mismo efecto final provocado al lector se podía haber conseguido con muchas menos páginas, porque la verdad es que sobran más de la mitad de páginas. La lectura se hace cansina, cuando vas por menos de la mitad de la novela. Pero, sobre todo lo dicho antes, lo que convierte a esta novela es un best-seller más, del montón, es que estás deseando terminarla, porque su trama – en el fondo- no te dice nada, estamos ante un libro vacío, sin alma, con una trama de usar y tirar, un libro de consumo rápido, al gusto del tiránico mercado literario actual, donde apenas hay nada digno de subrayar, de guardar en nuestro recuerdo, para releer una y otra vez. Anoté, hace tiempo, en un cuaderno de frases célebres, lo que dijo un escritor francés, acerca de lo que, para él, consistía la lectura de un buen libro: es un diálogo incesante en que el libro habla y el alma contesta. Esto no se da cuando leemos “La verdad sobre el caso Harry Quebert”. Seguramente, porque su verdadero autor no es el señor Jöel Dicker, sino su editorial. A veces, olvidamos que los libros también llenan la cesta de la compra…”Si te dan un papel pautado, escribe por detrás”, dijo nuestro Premio Nobel de 1956, Juan Ramón Jiménez.
Noelia Rodríguez Padilla.-