Beatriz de Moura, creadora de editorial Tusquets
Uno de los grandes nombres de la edición del SXX es Beatriz de Moura, creadora del prestigioso sello editorial Tusquets.
Beatriz de Moura nació en Brasil, en Río de Janeiro, en 1939, es hija de un diplomático brasileño, por lo que residió en distintos durante su infancia y juventud. Estudió traducción en Ginebra y vino a Barcelona donde trabajó en diversas editoriales, entre ellas Lumen, dirigida por su cuñada Esther Tusqutes, otra de las grandes damas de la edición. En 1968, creó la editorial Tusquets, con el fin de publicar obra muy breve, lo que se acabaría convirtiendo en las míticas colecciones: Cuadernos ínfimos y Cuadernos Marginales, su marido, el arquitecto Oscar Tusquets financió el proyecto.
A lo largo de los cuarenta años que Estehr dirigió la editorial publicó a escritores de la talla de Ernst Jünger, Milan Kundera, E.M. Cioran, Czeslaw Milosz, Almudena Grandes, Jorge Semprún o Eduardo Mendicutti.
Tuvo la suerte de dar con dos obras cumbre para el espaldarazo editorial, su primer libro publicado fue Residua de Samuel Beckett, y le pidió a un joven Gabriel García Márquez un texto breve de no ficción para una de sus colecciones; y de ahí surgió Relato de un náufrago que vendió un millón de ejemplares, fue Tusquets también quien realizó la primera edición en castellano de El amante de Marguerite Duras.
En 1999, fue distinguida ayer con el Reconocimiento al Mérito Editorial, galardón otorgado por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), en 2006 recibió la Creu de Sant Jordi que entrega la Generalitat de Catalunya, y en 2010 el Ministerio de Cultura de España le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.
En 2012, De Moura firmó un acuerdo con el grupo Planeta, para la administración y distribución de Tusquets, y en 2017, donó el archivo de la editorial a la Biblioteca Nacional de España.
Esther Tusquets destacó por su curiosidad intelectual y sentido del riesgo, logró, por ejemplo, una colección de textos anarquistas, Acracia, mientras Franco seguía vivo.
Esther Tusquets, que ya ha cumplido los ochenta años, se jacta de no haber publicado un solo libro que no le gustara
