Federico García Lorca y las bibliotecas
Dos noticias recientes nos llevan a reflexionar sobre la cultura: el aniversario de la muerte de Federico García Lorca y la reciente triste noticia de que en España se está intentado que las bibliotecas sean de pago, lo que nos retrotrae a un siglo de distancia y nos deja en el último lugar de los países desarrollados, en los que se consideraría un despropósito tal decisión, tuvieran el tipo de gobierno que tuvieran.
El insigne poeta García Lorca luchó firmemente por llevar la cultura, la posibilidad de la cultura, a todos. Se implicó absolutamente en la labor de crear bibliotecas y hacer llegar los libros a los pueblos donde la gente no solo pasaba hambre física sino hambre de cultura, y también buscó la manera de hacerla llegar a través del teatro con el proyecto de la “Barraca ambulante”, que codirigió con Eduardo Ugarte. Se trataba de un grupo de teatro universitario que representó obras teatrales del Siglo de Oro (Calderón de la Barca, Lope de Vega, Miguel de Cervantes) por ciudades y pueblos de España.
La conferencia que Federico García Lorca leyó en la inauguración de la biblioteca de su pueblo, Fuente Vaqueros, en septiembre del año 1931, es una de las defensas más apasionadas sobre la importancia de las bibliotecas, decía:
“¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.”
Luego llegó la guerra y la biblioteca desapareció. No fue hasta 1988 que Fuente Vaqueros tuvo de nuevo biblioteca pública que desde 2008 se llama Biblioteca Pública Federico García Lorca. Esperemos que la biblioteca tenga una larga vida y que Todos puedan acceder a sus libros.