Estimada Sabina, hace rato que te sigo los pasos, desde aquel programa de TV (Shalalá), pasando por tu libro (La mujer que buceó dentro del corazón del mundo), hasta tu obra de teatro (Testosterona); a mi en lo personal me gusto mucho, aunque no puedo decir lo mismo de la actuación de Évora que me tocó observar, supongo que habría corrido con más suerte al presenciar la actuación de Itatí Cantoral que parece secretar más testosterona siendo mujer, que el buen Évora, no sé, quizás simplemente no era el día del dominante estereotipo de macho alfa. Sabina, tuve oportunidad de ver en vídeo la apuesta que hiciste con Denise respecto a la pronta y expedita libertad de García Luna, en un futuro relativamente cercano. Estoy totalmente de acuerdo contigo, así va a pasar. Sin embargo, existieron dos detalles que consumieron mi atención: 1) Tu extraordinaria y blanca dentadura (la dentadura de una mujer exitosa que criaron y cuidaron con amor) y 2) Lo que apostaron: Una comida en un restaurante en cualquier parte del mundo o comer en un restaurant al pie de los "Champs Elysées", en París. Pero permíteme explicarte por qué me llamaron con profunda atención esos dos aspectos de su pasmosa apuesta, empezando por el segundo. Haciendo cuentas, y suponiendo que ganas tú (digo, no es que me emocione que un criminal como García Luna quede libre, pero francamente me cuesta mucho imaginar que Denise gane, aunque sea por accidente, algo en su vida. Lo siento, de verdad me cuesta muchísimo imaginarlo ganando aunque sea un volado, por eso usaremos el escenario donde tú ganas la apuesta), el costo del ticket de avión, el viaje redondo, invitar a mi estimada Carmen, el hospedaje all inclusive, la comida y el caro, exótico y elegante vino blanco que debe acompañar tan exquisita victoria y suculenta cena en el Pavillon Ledoyen, sin mencionar los extra que podrían suscitarse al visitar, a lo mejor, el majestuoso muse del Louvre, la catedral de Notre Dame o la misma tour Eiffel, ¡oh!, eso sin mencionar las enormes cuotas en forma de limosnas que Denise depositará en los canastos de la Sainte Chapelle (bueno, por lo menos es lo que arroja internet, y lo que quizás yo visitaría sin haber tenido una sola vez el gusto de viajar a Francia, en específico a París), la cuenta se iría a pagar un mínimo quizás de $300,000.00 MXN por concepto de juegos de azar y franco derroche, supongo que esos recursos se pueden tipificar como una especie de donación y quedar finalmente exentas de impuestos. Luego veo tu impecable y blanca dentadura, que como ya lo dije, resultado de unos padres amorosos, preparados y de múltiples visitas al dentista y refinados y ganadores hábitos. No Sabina, no creas que lo que siento es envidia o que de alguna forma creo que lo que tienes no lo mereces, al contrario, me da gusto por ti, por Carmen, bueno, tal vez por Denise no, pero esos ya son traumas personales. Lo que quiero destacar con este relato es que entiendo la forma de pensar y de actuar de personas como tú, Carmen, Víctor Trujillo, Sergio Sarmiento, Loret, Ciro y hasta Denise, en el fondo y a pesar de ser personas preparadas e inteligentes, eligen venderse porque de otra forma, tendrían que vivir como nosotros, trabajando hasta 16 horas al día, comiendo una o dos veces al día con suerte, ganando un salario mínimo y sin la posibilidad de pagarse un modesto tratamiento dental. Siempre lo he dicho, el verdadero cáncer no es la corrupción, el verdadero cáncer es la simulación de la productividad, encabezada por una clase empresarial parásita buena para nada que lo depreda todo en favor de nada, haciendo que la más noble y dedicada labor adquiera un carácter de absurdo, la corrupción sólo es la metástasis de ese cáncer. Sabina, ayúdame a proporcionarle atención especializada a mi mamá para que pueda recuperar su sonrisa y poder comer con normalidad. Soy Ingeniero Químico, pero en un país como este, serlo o no da exactamente igual. Ayúdame Sabina. Mi madre es mi sol. Ella tiene una casa de infonavit de esas que construyeron en la época priista y panista para volverse ricos a manos llenas a costilla de trabajadores como ella. Pese a eso la casa esta valorada en por lo menos $300,000.00 MXN, el equivalente a una apuesta con Denise. Préstame la mitad de una apuesta para devolverle su sonrisa a mi mamá, y dejamos en garantía la casa. Haría ese trato con el banco, pero dados los burocráticos procedimientos de Infonavit, ella aún no tiene sus escrituras y la liberación del crédito, pese a ya no existir ningún adeudo. Sabina, para ti es la mitad de una apuesta, para mi mamá es su salud y la vida. No es mi intención conmoverte o causarte lástima, mi intención es ofrecerte un trato ganar-ganar donde tú serías mi patrocinadora.¿Qué dices Sabina, me apoyas?