De Quevedo y Villegas, Francisco

: 21 Noviembre 2013

BIOGRAFÍA

Francisco Gómez de Quevedo y Villegas, hijo de Pedro Gómez de Quevedo y Villegas y de María Santibáñez, nació en Madrid el 17 de septiembre de 1580. Fue bautizado el mismo mes de su nacimiento en la Iglesia de San Ginés. Sus padres desempeñaban altos cargos en la corte: el padre era secretario de la princesa María, esposa de Maximiliano de Alemania, y su madre, María de Santibáñez, camarera de la reina, por lo que desde su infancia Quevedo estuvo en contacto con el ambiente político y cortesano. En 1586 murió su padre y María de Santibañez fue tutora de sus hijos hasta su muerte, acaecida en 1600. El joven Quevedo no era nada agraciado físicamente, tenía los pies deformes, era cojo de uno, gordo, y muy corto de vista, lo que no impidió que en su poesía satírica los defectos físicos fueran uno de sus blancos preferidos. Estudió en el Colegio Imperial de los jesuitas. En 1596 se trasladó a estudiar a la Universidad de Alcalá de Henares. En 1601, siguiendo a la Corte, fue a vivir a Valladolid donde estudió Teología en la Universidad.
Desde 1606 hasta 1611 volvió a residir en Madrid, periodo en el que se fraguó su amistad con Félix Lope de Vega y Miguel de Cervantes, con quienes estaba en la Cofradía de Esclavos del Santísimo Sacramento; por el contrario, atacó sin piedad a los dramaturgos Juan Ruiz de Alarcón, así como a Juan Pérez de Montalbán, hijo de un librero con el que Quevedo tuvo ciertas disputas. Sin embargo sus mayores sátiras fueron dirigidas a don Luis de Góngora, con el que le unió una enemistad manifiesta en numerosos textos escritos por ambos.

En 1613 acompañó a Pedro Téllez-Girón, duque de Osuna, a Sicilia como secretario de Estado, y participó como agente secreto en peligrosas misiones diplomáticas entre las repúblicas italianas. Volvió a Madrid, donde intrigó en el entorno del Duque de Lerma, siempre con el propósito de conseguir a su amigo el de Osuna el nombramiento de virrey de Nápoles, lo que al fin logró en 1616. En 1618 obtuvo en recompensa el hábito de Santiago. El duque de Osuna cayó en desgracia en 1620 y Quevedo con él, por lo que fue desterrado a sus posesiones de La Torre de Juan Abad; después recluido en el monasterio de Uclés (Cuenca) y tuvo arresto domiciliario en Madrid.

La entronización de Felipe IV supuso para Quevedo el levantamiento de su castigo, la vuelta a la política, y con la ascensión al poder del conde-duque de Olivares fue rehabilitado y distinguido con el título honorífico de secretario real. Pero Quevedo al oponerse a la elección de santa Teresa como patrona de España en favor de Santiago Apóstol, puso en peligro su estatus político a pesar de las recomendaciones del conde-duque de Olivares de que no se manifestara.

Esta actitud hizo que en 1628 fuera nuevamente desterrado, al convento de San Marcos de León. En 1633 la hostilidad hacia el conde-duque de Olivares era ya evidente. Se casó, debido a las presiones de su vida en la corte, con Esperanza de Mendoza, una viuda que era del agrado de la esposa de Olivares y de quien se separó poco tiempo después.

En 1639, bajo oscuras acusaciones, con motivo del memorial donde se denunciaba la política del Conde Duque, fue detenido, se confiscaron sus libros y fue confinado en el convento de San Marcos de León hasta la caída del valido. Cuando salió en libertad, en 1643, su salud estaba muy deteriorada y decidió retirarse a la Torre de Juan Abad para instalarse más tarde en Villanueva de los Infantes. Falleció en el convento de los padres Dominicos de Villanueva de los Infantes el 8 de septiembre de 1645.

Quevedo, como buen exponente del Barroco, cultivó todos los géneros. Su poesía abarca desde la sátira burlesca (es famosísimo el soneto “Érase un hombre a una nariz pegado” dedicado a Góngora), realizada con extraordinario talento, pasando por la poesía de tema existencial, en los que reflexiona sobre la muerte y la brevedad de la vida, hasta sus poemas de amor, considerados los más importante del Siglo XVII, siendo ésta la producción más paradójica del autor ya que era declarado misántropo y misógino pero fue, sin embargo, el gran cantor del amor y de la mujer. Escribió numerosos poemas amorosos dedicados a varios nombres de mujer: Flora, Lisi, Jacinta, Filis, Aminta, Dora, y dejó algunos de los mejores poemas de amor en lengua española como: "Amor Constante Más Allá De La Muerte".
Quevedo fue el máximo representante de la corriente "conceptista", frente al "culteranismo" de gongorista. Poco antes de morir preparaba Quevedo la edición de su poesía, que apareció póstumamente editada por el humanista José Antonio González de Salas, en 1648, el cual no tuvo empacho en retocar los textos. En la actualidad disponemos de la rigurosa edición del maestro José Manuel Blecua.

BIBLIOGRAFÍA

Poesía

Obras políticas

Política de Dios1626
Vida de Marco Bruto, 1644
Mundo caduco y desvaríos de la edad 1621
Grandes anales de quince días 1621
Memorial por el patronato de Santiago 1627
Lince de Italia y zahorí español 1628
El chitón de Tarabillas 1630
Execración contra los judíos 1633
Carta al serenísimo, muy alto y muy poderoso Luis XIII, rey cristianísimo de Francia 1635
Breve compendio de los servicios de Francisco Gómez de Sandoval, duque de Lerma 1636

Obras ascéticas
Providencia de Dios, 1641
Vida de San Pablo, 1644.
Vida de Santo Tomás de Villanueva, 1620.

Obras filosóficas
La cuna y la sepultura (1635).
Las cuatro pestes del mundo y los cuatro fantasmas de la vida (1651).

Crítica literaria
La aguja de navegar cultos con la receta para hacer Soledades en un día,1631
La culta latiniparla, 1624
La Perinola, 1633
Cuento de cuentos, 1626

Obras satírico-morales

Los Sueños, 1627
Discurso de todos los diablos o infierno emendado 1628
Historia de la vida del Buscón llamado Pablos, 1626

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