El sueño del celta. Mario Vargas Llosa. Homenaje.
Mario en esta novela nos habla de la leyenda del irlandés Roger Casement. “En los alrededores de la ciudad de los colonos en Matadi, se decía Roger, que más en la capital Boma, estaba presente la Europa de la civilización, la modernidad y la religión cristiana” Nos narra que Rogar siente la culpabilidad o arrepentimiento por haber obrado mal moralmente, llamando a Dios “principio primero”. Por ello fue a trabajar en cierta misión bautista. Nos describe atrocidades como cortar las manos y los penes a los hijos de África. Cosas que pasan en el Congo y no se dicen en Europa. “¿Cómo permite Dios males así?” Roger comenzó a escribir una novela. Y felicitó al escritor polaco Joseph Conrad por su novela El corazón de las tinieblas. Aquí claramente Vargas Llosa hace metaliteratura. También reflexiona con el libro La imitación de Cristo. Una narración bella, muy elaborada y envidiable prosa de orfebre. “Nada se puede excluir de la política. No es de las más limpias de las actividades”, nos dice un personaje de la novela. “El miedo que siente un místico con estados de alucinación” ¿Qué sentiría Roger Casement, nuestro héroe y traidor, al pensar en los místicos, poetas, músicos, hechiceros… que recorren el camino del trance? Aquí vivimos junto a Vargas Llosa su parte de espiritualidad. “…El enamorado Roger abre su corazón a su flamante amiga como habría hecho un creyente a su confesor…” ¿Qué nos ocurre cuando hechizados por el enamoramiento queremos tanto a una persona? Mario nos habla de amor. No quiero hablar de odio y violencia políticas. Mario Vargas Llosa sin dejar su amada tierra latina escribe como un gran escritor nativo. El excelso literato Vargas Llosa descubrió la lectura y con ella la libertad; palabra que más le gustaba. Mario Vargas Llosa, la eterna sonrisa de la literatura y el eterno luchador.
Francisco José Blas Sánchez