Modelaje-El fugaz resplandor de las estrellas
- Autor: Sheina Lee leoni
- Género: Literatura y Novela
- ISBN: 979-8559255255
- Nº Páginas: 321
- Encuadernación: Tapa blanda
- Año: 2020
Prólogo. -Mira las estrellas. Ve su belleza. Y en esa belleza, mírate a ti mismo. -Draya Mooney. La gran empresaria Dana Link se hallaba saboreando su tercer trago en el momento en que su hijo James, de treinta y ocho años abría la puerta de la casa. -Buenos días-saludó con firmeza dirigiéndose a su madre .Parece que hoy comenzamos temprano. -Digo lo mismo –sonrió esta. Tú no estás mejor que yo. -Estuve tratando de convencer a María José Jus para que firmara el contrato. Y eso me llevó casi toda la noche. -¿Lo conseguiste?-preguntó la mujer abriendo los ojos como platos. ¡Será muy importante que una Star con su clase represente a nuestra Agencia de Modelos y Eventos! -¿Alguna vez fallé?-sonrió levantando el contrato para que su madre lo viera. -Vaya-sonrió esta tomando el papel entre sus manos. ¡No sé qué haría sin ti! -Eso mismo pregunto yo -asintió James. Ahora que cumplí mi misión iré a descansar. -Te lo mereces. Y espero que hayas disfrutado tu trabajo. -Digamos que bastante, aunque estoy un poco cansado de estas jóvenes descerebradas. Debo estar envejeciendo-confesó. -Hay murmullos de que hace unos días estabas muy cariñoso en el club Gay “Sidartha” con un robusto joven. Quizá ese sea el verdadero motivo de tu cansancio--añadió la mujer jugando disimuladamente con un rizo de su cobrizo cabello. -¿Acaso alguna vez oculté mis gustos? Amo la belleza tanto en hombres como mujeres. Pero insisto en que estoy necesitando otra cosa….personas que piensen, y con las cuales pueda conversar más de dos palabras seguidas antes de ir a la cama. -No estás en el lugar adecuado. Sabes cómo es nuestro negocio. Mucha belleza, poco cerebro. -Todavía espero un milagro-sonrió James bostezando. -Consigue una buena silla y acomódate a esperar. Hace treinta años que estoy en el negocio y son muy pocos los casos con esas condiciones. -Quizá deba estudiar algo, así podría conocer otro tipo de gente. O ir a una Iglesia. -JAJAJAJAJA.Justo tú a un templo religioso. Descansa, tienes el día libre para oxigenar tus neuronas. -Gracias. Me hace falta. Y deja de beber tan temprano -advirtió James caminando desenfadadamente hacia su dormitorio. -Preocúpate de tus cosas. Eso sí, no olvides que esta noche tenemos un desfile de primera línea en “Azabache”. Necesito que conozcas a nuestros nuevos modelos, entre ellos al famoso Pierino Salvatori. -¿Debo convencerlo para que firme contrato? -Es probable, aunque según he escuchado que el joven es bastante inteligente. Uno de esos “milagros” que mencionaste. –afirmó esta sirviéndose otra copa. En verdad, que tires para los dos lados nos ha sido beneficioso-acotó la mujer esbozando una amplia sonrisa. -Será mejor que pares de tomar, o no estarás sobria para esta noche. Además, si Rodrigo regresa de su viaje y te ve en esas condiciones se irá para no volver. Recuerda que te lo advirtió la última vez que te hospitalizaron por este motivo. -Mi tercer esposo ya no regresará. Resulta que en uno de sus viajes conoció a otra persona y decidió mudarse con ella. -Una pena, me agradaba el hombre. ¿Cuánto te costó esta vez? -Uno de los apartamentos en Punta del Este y algunos dólares para que pueda abrirse camino con su empresa de alimentos. Pero prometió no hacer declaraciones sobre nuestra separación. -Nos vemos esta noche. Voy a dormir un rato-se despidió James sin hacer más comentarios sobre el tema. -Hasta entonces-asintió la mujer comenzando a sollozar apenas quedó sola. ¿Qué más puedo hacer que beber para olvidar el vacío que hay en mi vida? ¡En sesenta y dos años no he podido encontrar a la persona que me ame por quien soy, y no por lo que tengo! -¿Señora, va a ir algún lado?-preguntó Brian, el chofer de la familia. -A darme una ducha y a la peluquería. Tengo que estar lista para nuestra próxima gala, y todavía pasar antes por la oficina-afirmó recobrado su habitual compostura. -Entonces iré a lavar el coche y vengo a buscarla. En una hora regreso-asintió -Gracias, mi fiel amigo. Y dile a Mirna que me prepare un café con tostadas, así me quito esta resaca. -Perfecto, señora. Así será-acotó el hombre contemplando marchar a la tambaleante mujer. “Nunca fue la misma desde que su hija Lorena falleció hace cinco años. Una pena”